miércoles, 20 de junio de 2012

Fin de curso

Hoy es un día especial.
Hoy llegué a casa triste. Yo diría que algo más que triste, diría que hoy llegué a casa con pena en el alma. 
Dejándome llevar por esa tristeza publiqué en el blog una nueva entrada titulada "Pena". 
Al poco rato y tras recibir una llamada, leí este relato corto. 
Por su calidad, por su sinceridad, por su intencionalidad, por las emociones que me hizo sentir y que también hizo sentir a más personas, por todo eso y por mucho más, pienso que esa historia corta bien merece ocupar una página entera en este blog.
Gracias, gracias por hacerme "ser protagonista" de esta emotiva historia.
Gracias desde el fondo de mi alma, un alma que ya no siente tanta pena... 

Fin de curso
El leve chirrido de la vieja puerta del aula anunció que ésta, estaba siendo empujada con suavidad.

Tensi entró poco a poco, sin prisa, sacando porvecho a cada paso que daba.
Se colocó en el centro de la sala. Grandes ventanales quedaban a su derecha. Miró con nostalgia a su alrededor. Cada mueble, cada objeto le traía a la cabeza un recuerdo, un instante vivido…
Sintió que la emoción humedecía sus ojos.

Momentos…
Imágenes de niños riendo, protestando, jugando, aprendiendo...
Recuerdo de sus reuniones con padres…
Cuentacuentos sentados en el “rincón de los cuentos”, rodeados de niños espectantes…
Padres colaborando en improvisadas obras de teatro…
Momentos y más momentos, cuyos recuerdos apretaron con fuerza su corazón dentro del pecho…

Despegó sus labios. Abrió la boca buscando una bocanada de aire que llenara sus pulmones. Por un momento se sintió mareada. Le faltaba el aire…

Finalizaba una etapa de su vida. Cuatro años de trabajo, ilusión y esfuerzo quedaban atrás…
Cogió una pequeña silla y se sentó en el centro de la sala disfrutando del silencio… 
Un silencio de nuevos recuerdos llenó ese momento. Se sintió sola... y deseaba sentirse así…

Sus manos jugaron con la parte inferior de la bata de trabajo.
Sus piernas estaban flexionadas. Podía sentir en ellas el tacto de sus niños cuando la abrazaban después de un juego en el aula…

Se levantó y colocó la silla en su sitio. Una nueva mirada por toda la sala a modo de despedida… Cerró por un instante los ojos. De nuevo emociones desbocadas llenaron su mente.

Salió al pasillo. Las piernas le flaqueaban. Sintió ganas de llorar
 - No. Aquí no lloraré. Ya tendré tiempo de hacerlo en la intimidad de mi casa – Pensó de forma decidida.

No deseaba que nadie percibiese su vulnerabilidad. Se sentía sensible, nostálgica… Pero lo guardaba para ella. Lo llevaba en su corazón, dentro de su Alma…

Caminó por el pasillo. Sintió las paredes desnudas. Ya no estaban los dibujos de los niños, que durante el curso llenaron de color y vida aquel lugar.

De nuevo sintió melancolía. De nuevo su mirada húmeda buscó refugio en algún lugar inesperado. Algún objeto que la ayudase a controlar las ganas de llorar.

Comenzaba una nueva etapa. La ilusión de un nuevo lugar de trabajo. Nuevos niños. Nuevos compañeros de trabajo. Nuevas metas…

Se despojó con gesto tranquilo la bata y se la colgó del brazo. Recogió su bolso... Una última mirada atrás y a su cabeza volvieron imágenes de momentos llenos de sonrisas divertidas de sus niños…

Miró la mesa y allí estaba esperando pacientemente  su bruja preferida. Se cruzaron una sonrisa cómplice. Sintió, que aquella bruja, que durante el día escondía traviesamente las cosas a los niños.., la miraba fijamente. Era la bruja que la acompañó los últimos cursos. La bruja que llenó de ilusión y pequeñas fechorías a sus niños…

Dorotea parecía sonreírle. De echo le sonrió abiertamente con su gran diente brillando entre los labios, mientras le decía en su idioma
– Has realizado un buen trabajo Tensi... Todos: padres y niños te llevan en su corazón. Puedes sentirte orgullosa

Sintió la puerta cerrarse en sus espaldas. Respiró con fuerza. El aire, en su entrada galopante.., quemaba dulcemente sus pulmones.

Con paso resuelto se fue en busca del coche. Hora de irse a casa…
Caminó con los brazos cruzados, apretando la bata contra su pecho. A ella le gustaban las historias llenas de fuerza, repletas de vida, de sensaciones... Y estaba viviendo una de ellas con total intensidad…

Mientras caminaba, escuchó la voz alegre de una niña decir…
- Mamá, ahí se marcha la maestra… –

No giró la cabeza. Sonrió con renovada nostalgia. Se sintió orgullosa de su trabajo.

Le gustó la frase de la niña…
- Sí, allí se iba la MAESTRA- pensó orgullosa-

JpTorga_______

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