Siendo
el magenta uno de los colores primarios, el arte pictórico es
inconcebible sin este color. El colorante se desarrolló químicamente en
1856 y debe su nombre a la sangrienta batalla que tuvo lugar en la
ciudad italiana, Magenta. Por la mala resistencia a la luz del
colorante, el rosa rojizo actual se fabrica a base del pigmento
quinacridona.
Durante
la Revolución Industrial del siglo XIX, las ciencias químicas empezaron
a ganar terreno y se descubrió que era posible elaborar artificialmente
las materias primas para la pintura. Desde entonces, se hace una
distinción entre los colorantes y pigmentos naturales y los sintéticos. A
menudo, es fácil deducir los nombres de las materias colorantes, ya que
suelen hacer referencia a la planta, animal o región de la que
proceden. Algunos ejemplos son ‘laca granza’ (procedente de la planta
granza), ‘sepia’ (nombre latín de la sepia) y ‘amarillo indio’ (de la
India). Pero ese no es el caso en colorantes y pigmentos elaborados
sintéticamente, como ilustra el color rosa rojizo, fabricado en 1856, al
que inicialmente se llamó Triaminotrifenylcarboniumchloride, palabra
casi inpronunciable. Posteriormente, obtuvo la denominación oficial de
Magenta, aunque primero se tuviera que librar una batalla muy
sangrienta.
A lo largo del siglo XIX, Italia se vio envuelta en
múltiples confrontaciones bélicas que la llevarían a la unificación del
país, tal y como lo conocemos actualmente. Muchas de estas batallas se libraron durante la Segunda Guerra Italiana de la Independencia, pero encontramos un par de ellas en los libros de historia que resaltan por su importancia en la unificación de Italia.
Ante el potencial armamentístico de Austria, Napoleón III intervino en la contienda echando una mano a los italianos para recuperar sus regiones ocupadas.
La unión de los ejércitos de ambos bandos creó un frente italo-francés
capaz de arrebatar el terreno conquistado por los austriacos. El 4 de
junio de 1859 se libró la Batalla de Magenta, una
confrontación decisiva para los intereses austriacos, los cuales tenían
dominio sobre Lombardía y un gran interés en seguir anexionando regiones
dentro de la península italiana.
Esta batalla no fue una de las más cruentas y con más bajas de la época; la sangre derramada dejó el campo de batalla tan rojo que el colorante,
descubierto tres años antes, se bautizó con el nombre de Magenta, en alusión al color oscuro de la sangre derramada en el conflicto del mismo nombre.
No obstante, este no fue el único color que recibió su nombre por
culpa de una batalla acontecida durante la Segunda Guerra Italiana de la
Independencia. Otro tono, de características muy parecidas, fue creado
en aquella misma época bajo el nombre de "Solferino", población que sufrió otro importantísimo enfrentamiento veinte días después que el de Magenta.
Sin embargo, esta denominación no ha sufrido la misma suerte y ha
quedado prácticamente relegado al olvido y desuso, todo lo contrario que
el magenta, consolidado uno de los colores básicos dentro del sistema
de impresión moderna. Su popularidad actual es tal que en el año 2000 fue registrado por la empresa T-mobile
(filial de Deutsche Telekom AG) en Holanda y Alemania, que desde
entonces no ha permitido a otras marcas utilizarlo, propiciando una batalla (esta vez legal).
De todas maneras, la guerra de Solferino no solo sirvió para darle
nombre a un color o ser decisiva para los intereses italo-franceses.
Un ilustre personaje, el suizo Henri Dunant, fue
testigo personal del horror allí vivido y de la agonía y sufrimiento de
los heridos en aquel lugar. Dunant comprobó horrorizado cómo los más de
40.000 muertos y heridos no eran adecuadamente atendidos por falta de
asistencia sanitaria. Tras el regreso a su país, decidió dedicar el
resto de su vida a una causa humanitaria: la creación de la Cruz Roja Internacional, una institución que, a través de voluntarios, debería socorrer a los soldados heridos en la guerra.
Ese colorante, sin embargo, no era apto para la elaboración de pinturas
espesas. Para poder serlo, el colorante debía fijarse, mediante un
procedimiento químico, sobre un pigmento incoloro para obtener, así, el
llamado ‘pigmento lacado’. De ese modo, con el color rosa rojizo también
podían fabricarse pinturas pastosas, aunque la resistencia a la luz
dejara mucho que desear incluso después del proceso.
En la actualidad, el color Magenta de la gama Rembrandt se elabora con el pigmento quinacridona, el cual posee una excelente resistencia a la luz.
En la actualidad, el color Magenta de la gama Rembrandt se elabora con el pigmento quinacridona, el cual posee una excelente resistencia a la luz.
Colorante o pigmento …
¿Cómo era?
En forma de polvo, el colorante y el pigmento, no se distinguen el
uno del otro. La diferencia se hace visible al mezclarse con un
aglutinante o un disolvente. Si el polvo se deshace, como el azúcar en
el té, se trata de un colorante y es apto para, por ejemplo, las tintas
líquidas. Por el contrario, el pigmento es especialmente apto para la
fabricación de pinturas gruesas y pastosas. Otra gran diferencia es la
resistencia a la luz. Los colorantes tienden a desvanecerse fuertemente
por el efecto de la luz, mientras que los pigmentos, por lo general,
conservan el color auténtico por mucho más tiempo.
Curiosidades
Magenta: el color que no es un color
El magenta no es color del espectro visible para los humanos.
Como bien explica el artículo de Liz Elliott el magenta es un color
compuesto por dos longitudes de onda: una de la zona del rojo y otra de
la zona del violeta, cada una a ambos extremos de lo que se conoce como el espectro visible. Lo que hace nuestro cerebro es interpretar lo que está viendo inventándose un color
entre el rojo y el violeta. Como no tendría sentido confudirlo con el
verde (que es donde «caería», más o menos) el mecanismo de
interpretación nos «engaña» para que nos parezca que tiene un aspecto
distinto. A otros colores compuestos como el rosa o el «color café» les
ocurre lo mismo, son sencillamente «inventados».
El color magenta tiene dueño
El color magenta tiene dueño (¿tiene?) en los Países Bajos y Alemania. El magenta es una marca registrada de Deutsche Telekom, empresa a la que pertenece T-Mobile. Con ello ha querido proteger la identidad de su marca de telefonía móvil, llegando al extremo de registrarlo.
El
significado del color magenta
Cuando uno se siente desanimado o preocupado por su posición, o se siente enfadado o frustrado, el color magenta nos saca de se sentimiento o actitud y deja que nuestro espíritu emerja.
Es un color espiritual, pero también con alusiones practicas, asociadas con la compasión, la ayuda y la bondad.
Desde el punto de vista negativo, el magenta es como el violeta, nos hace sentir el deseo de apartarnos de las exigencias del mundo y evitar los desafíos. En cierto modo, también puede llegar a ser demasiado relajante. Así es que, debe evitar el color magenta si tiene continuas depresiones o si es introvertido.
Estos colores están asociados a los signos libra y sagitario.
Palabras claves del color magenta: entrega, ayuda, bondad, tranquilos, creatividad, independencia, dignidad, serenidad.
Literatura
Magenta, la pequeña hada
Magenta es un hada viajera que tiene grandes poderes. Puede atravesar el universo, hablar con los astros y recoger los colores para regalárselos a quien quiera. Pero lo más mágico de este álbum son las ilustraciones, que llenan las enormes páginas con trazos de fuerte colorido y permiten seguir los ágiles movimientos del pincel.
Magenta y la ballena blanca
El impresionante colorido de estas ilustraciones nos hace aproximarnos a
toda la fuerza que la naturaleza, y sobre todo el mar, despliega ante
nosotros. Luz, aire y agua están presentes en esta sencilla historia en
la que una ballena herida es socorrida por el hada Magenta y conducida
cerca de sus padres. Los niños más pequeños podrán disfrutar con estas
escenas en las que nos conmueve la fuerza del mar a través de unas
ilustraciones portentosas y llenas de vida.
Música:
Magenta es un grupo pop español de los años 80, que publicó en 1985 un único Lp, La reina del salón, producido por Nacho Cano.
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