Hay veces en que la vida parece cruzar un limite, una frontera que viene delimitada por algún hecho tras el cual todo parece distinto. No tiene que ser necesariamente dramático. Ni tampoco un éxtasis de felicidad.
Cualquier momento, por muy intrascendente o insignificante que parezca, puede marcar a fuego ese sentimiento de ruptura, de que ya no hay vuelta atrás, de que hemos logrado escapar de un vórtice en el que ni siquiera nos sabíamos atrapados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario