La música clásica se hace "fácil" y divertida, un entretenimiento para niños. En esta
obra, junto con los instrumentos tradicionales, participan otros que
simulan juguetes :una trompeta y un tambor de hojalata, unos silbatos
que producen el canto de un cuco y de un ruiseñor, una matraca y un
triángulo, que en aquella época estaba todavía admitido en las bandas
pero no en la orquesta.
La autoría ha sido atribuida durante mucho tiempo a Leopold Mozart, el padre de Wolfgang Amadeus.
Anteriormente, esta misma obra se atribuyó a diferentes compositores, entre los que figuran Franz Joseph Haydn, el padre de la sinfonía , y su hermano Michael.
Entre las
razones que contribuyeron a que se le quitara la autoría a Haydn y se le
diera a Leopold Mozart, seguramente estuvo la gran fama como maestro de
música de la que gozaba este último, quien, además de haber sido el
responsable de la educación musical de su hijo, escribió un importante
método de violín, Tratado para una escuela violinística básica ,
que se publicó en varios idiomas y sirvió para que muchísimos niños de
esa época y del siglo siguiente aprendieran a producir sus primeras
notas con ese instrumento.
Sin embargo, hoy en día hay estudios que demuestran que el autor de la Kindersinfonie (sinfonía
de los niños, ese es su título en alemán) fue un monje benedictino
llamado Edmund Angerer que vivió en Baviera en la segunda mitad del
siglo XVIII, y no el músico de la corte del Arzobispo de Salzburgo. No
obstante, Leopold todavía aparece como autor de esta obra en las
portadas de las partituras y de los discos publicados hasta hace muy
poco, y en muchísimas páginas web, bastante más de las que presentan
esta música como obra de Angerer.
Disfrútala.
Fuente: http://miguelrosacastejon.blogspot.com.es
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