Poema
Una brújula Todas las cosas son palabras del
idioma en que Alguien o Algo, noche y día,
escribe esa infinita algarabía
que es la historia del mundo.En su tropel
pasan Cartago y Roma, yo, tú, él,
mi vida que no entiendo, esta agonía
de ser enigma, azar, criptografía
y toda la discordia de Babel.
Detrás del nombre hay lo que no se nombra;
hoy he sentido gravitar su sombra
en esta aguja azul, lúcida y leve,
que hacia el confín de un mar tiende su empeño,
con algo de reloj visto en un sueño
y algo de ave dormida que se mueve.
Jorge Luis Borges
Poco se sabe sobre el origen de la brújula, aunque los chinos afirman que ellos
la habían inventado más de 2.500 años antes de Cristo. Y es probable que se haya
usado en los países del Asia Oriental hacia el tercer siglo de la era cristiana.
Y hay quienes opinan que un milenio más tarde, Marco Polo la introdujo en
Europa.
Los chinos usaban un trocito de caña conteniendo una aguja
magnética que se hacía flotar sobre el agua, y así indicaba el norte magnético.
Pero en ciertas oportunidades no servía, pues necesitaba estar en aguas calmas,
por lo que fue perfeccionada por los italianos.
El fenómeno del magnetismo se conocía; se sabía desde hacía
mucho tiempo que un elemento fino de hierro magnetizado señalaba hacia el norte,
hay diversas teorías sobre quién inventó la brújula. Ya en el siglo XII existían
brújulas rudimentarias. En 1269, Pietro Peregrino de Maricourt, alquimista de la
zona de Picardía, describió y dibujó en un documento, una brújula con aguja
fija (todavía sin la rosa de los vientos). Los árabes se sintieron muy atraídos
por este invento; la utilizaron inmediatamente, y la hicieron conocer en todo
Oriente.
La brújula (de "buxula",
cajita hecha de boj o boxus) es un instrumento magnético que aparece descripto
en La Divina Comedia de Dante, de la siguiente manera: "Los navegantes tienen
una brújula que en el medio tiene enclavada con un perno, una ruedecilla de
papel liviano que gira en torno de dicho perno; dicha ruedecilla tiene muchas
puntas y una de ellas tiene pintada una estrella traspasada por una punta de
aguja; cuando los navegantes desean ver dónde está la tramontana, marcan dicha
punta con el imán."
Existe una leyenda según la
cual, en una batalla dada en la niebla por el emperador Huang-ti en 2634
a . de C., se empleó para orientar a las tropas un carro con una figura
humana que señalaba siempre el S. También se sabe que los chinos
traficaron por mar con los países del golfo Pérsico y el mar Rojo en el
s.IX, pero no consta que usaran para ello la brújula. En realidad la
primera referencia escrita del uso de ésta por los chinos data del s.XI.
Entre los árabes se mencionaba por primera vez en 1220. Probablemente
fueron ellos quienes la introdujeron en Europa, donde no tardó en ser
adoptada por los vikingos.
Se sabe con certeza que Colón utilizó una, quien probablemente fue el
primero en advertir la variación magnética.
En su versión primitiva,
conocida con el nombre de brújula flotante, el instrumento consistía en
una aguja magnética montada sobre un flotador que se colocaba en un
recipiente con agua.
Brújulas modernas:
La brújula sufrió pocas modificaciones hasta el s.XIX, en que
científicos, ingenieros y navegantes la mejoraron notablemente. El
algunos modelos, los rumbos o los grados acimutales están marcados en un
plato circular, que gira movido por varios imanes.
Para barcos y
aviones, en los que los movimientos de balanceo y cabeceo hacen
inservibles las brújulas ordinarias, se han ideado tipos especiales. Las
brújulas de barcos se montan en suspensión cardán, lo que permite que
se mantengan siempre niveladas. Los imanes de las brújulas, tanto en los
barcos como en los aviones, se sumergen a menudo en un líquido con el
fin de amortiguar la oscilación.
El N geográfico y el magnetismo no suelen coincidir; la diferencia entre
ellos es la variación o declinación, que difiere de un lugar a otro;
las cartas marinas y las aeronáuticas indican su valor mediante líneas
isogónas. El error de la brújula debido a la existencia en sus
inmediaciones de materiales férreos y otros metales magnéticos se llama
desviación y resulta especialmente enojoso en los barcos y en los
aviones. Se consigue eliminarlo colocando correctores magnéticos en
lugares adecuados.
La brújula de declinación posee una aguja imantada que gira en un plano
vertical, es decir, alrededor de un eje horizontal, e indica la
componente vertical del campo magnético terrestre y no la componente
horizontal como hacen las brújulas ordinarias; se usa sobre todo para
trabajos geológicos.
Instalación:
En los buques de gran porte y en todos aquellos cuyos cascos y superestructuras son de acero, las brújulas se hallan afectadas por las perturbaciones magnéticas del propio casco, que falsea el rumbo a seguir en la derrota. En este aspecto se han realizado considerables progresos. La bitácora o pedestal en cuyo interior va situado el mortero y que a su vez aloja el elemento sensible de un compás (sistema direccional) va dotado de una serie de elementos correctores y auxiliares, que eliminan las perturbaciones producidas por los aceros estructurales del buque y, como consecuencia, los desvíos de éste se reducen al mínimo. Modernamente se han tomado acuerdos importantes en lo que se refiere a las características fundamentales que debe reunir una bitácora magistral o de gobierno. Una de las ventajas que reporta es que su teoría es simple y sencilla, se basa en una serie de efectos ópticos en virtud de los cuales el rumbo de la bitácora magistral, situada en la parte exterior del puente alto, se refleja en el cuarto de gobierno, frente al plano horizontal de los ojos del marinero o timonel, que por medio de un espejo regulador puede leer cómodamente el rumbo. Este sistema de bitácora magistral de reflexión evita la instalación de otro compás en el cuarto de gobierno, permitiendo así más espacio para la colocación de del piloto automático, repetidores de giro y demás aparatos detectores y electrónicos, como el radar y las sondas ultrasonoras.
En los buques de gran porte y en todos aquellos cuyos cascos y superestructuras son de acero, las brújulas se hallan afectadas por las perturbaciones magnéticas del propio casco, que falsea el rumbo a seguir en la derrota. En este aspecto se han realizado considerables progresos. La bitácora o pedestal en cuyo interior va situado el mortero y que a su vez aloja el elemento sensible de un compás (sistema direccional) va dotado de una serie de elementos correctores y auxiliares, que eliminan las perturbaciones producidas por los aceros estructurales del buque y, como consecuencia, los desvíos de éste se reducen al mínimo. Modernamente se han tomado acuerdos importantes en lo que se refiere a las características fundamentales que debe reunir una bitácora magistral o de gobierno. Una de las ventajas que reporta es que su teoría es simple y sencilla, se basa en una serie de efectos ópticos en virtud de los cuales el rumbo de la bitácora magistral, situada en la parte exterior del puente alto, se refleja en el cuarto de gobierno, frente al plano horizontal de los ojos del marinero o timonel, que por medio de un espejo regulador puede leer cómodamente el rumbo. Este sistema de bitácora magistral de reflexión evita la instalación de otro compás en el cuarto de gobierno, permitiendo así más espacio para la colocación de del piloto automático, repetidores de giro y demás aparatos detectores y electrónicos, como el radar y las sondas ultrasonoras.
Experiencia de la declinación magnética en el primer viaje de Colón:
La travesía fue tranquila hasta los días 13 al 16 de septiembre en que fue advertida una oscilación en la brújula que causó inquietud a los marineros. Un fenómeno que, sin lugar a dudas, ya habían observado otros viajeros pero que Colón fue el primero en recogerlo por escrito. En primer lugar, en el diario del primer viaje y también en el del tercero.
La travesía fue tranquila hasta los días 13 al 16 de septiembre en que fue advertida una oscilación en la brújula que causó inquietud a los marineros. Un fenómeno que, sin lugar a dudas, ya habían observado otros viajeros pero que Colón fue el primero en recogerlo por escrito. En primer lugar, en el diario del primer viaje y también en el del tercero.
-
Fallo que de Septentrión en Abstro, pasando las dichas cient leguas de
las dichas islas, que luego en las agujas de marear, que fasta entonces
nordesteavan, noruesteavan una cuarta de viento todo entero y esto es en
allegando allí a aquella línea, como quien traspone una cuesta.
Los marineros andaban preocupados. Colón los tranquilizó con su
particular ingenio. El sabía bien el pequeño círculo que la estrella
Polar describe alrededor del polo lo que, al parecer, ignoraban el resto
de sus compañeros. Aprovechándose de sus conocimientos, reunió al alba a
los pilotos y les hizo observar la variación; mientras tanto la
estrella Polar se había desplazado hacia la izquierda y por ello la
desviación de las agujas resultaba menguada.
Al día siguiente Colón les ordenó que volvieran a tomar el punto y,
tomando el norte, hallaron que "las agujas eran buenas". Los pilotos
pudieron entonces comprobar que las agujas no hacían más que seguir a la
estrella Polar, que se movía, mientras que éstas conservaban su
capacidad de dirección. (C.Varela).
Efectos de la variación del campo magnético:
El Polo Norte magnético ha cuadruplicado su velocidad de desplazamiento en el último siglo y globalmente el campo magnético terrestre se ha debilitado un 10% desde el siglo XIX. Para los marinos y muy especialmente para las nuevas generaciones, el compás magnético ha ido perdiendo la importancia de antaño al igual que está ocurriendo con los métodos tradicionales de posicionamiento. La fiabilidad y precisión de los modernos equipos de navegación van postrando a un segundo término a estas técnicas, que permanecen a bordo como un elemento de seguridad y emergencia. Los compases magnéticos no son ya un elemento determinate para la navegación, ya que una discrepancia de +/- 1 grado o algo más, no es un factor significativo cuando han fallado el resto de los elementos náuticos. De persistir las actuales circunstancias, la variación del campo magnético terrestre no debe afectar a la navegación marítima pero sí requerirá una mayor atención sobre los desvíos de la aguja para que, llegado un caso de necesidad, se pueda utilizar con seguridad.
El Polo Norte magnético ha cuadruplicado su velocidad de desplazamiento en el último siglo y globalmente el campo magnético terrestre se ha debilitado un 10% desde el siglo XIX. Para los marinos y muy especialmente para las nuevas generaciones, el compás magnético ha ido perdiendo la importancia de antaño al igual que está ocurriendo con los métodos tradicionales de posicionamiento. La fiabilidad y precisión de los modernos equipos de navegación van postrando a un segundo término a estas técnicas, que permanecen a bordo como un elemento de seguridad y emergencia. Los compases magnéticos no son ya un elemento determinate para la navegación, ya que una discrepancia de +/- 1 grado o algo más, no es un factor significativo cuando han fallado el resto de los elementos náuticos. De persistir las actuales circunstancias, la variación del campo magnético terrestre no debe afectar a la navegación marítima pero sí requerirá una mayor atención sobre los desvíos de la aguja para que, llegado un caso de necesidad, se pueda utilizar con seguridad.
La brújula es un instrumento que sirve para orientarse, y su
característica fundamental radica en las propiedades de su aguja
imantada. Su funcionamiento se debe a la aguja que indica el norte magnético, que es distinto al norte geográfico y que difiere ligeramente según la localización planetaria en la que nos situemos.
Cómo usar una brújula
Una brújula sirve para orientarse, aunque eso es relativo. La brújula
proporciona una referencia con relación al norte, por lo que sirve para
seguir una dirección, aunque no exactamente para orientarse. Otra cosa
es cuando se conoce la posición y, con la ayuda de la brújula, se traza
una dirección a seguir.
Teniendo en cuenta que las brújulas señalan al norte magnético, los
mapas topográficos llevan una corrección –que varía entre un punto y
otro del planeta– entre los puntos geográficos de referencia que se
conoce como declinación.
Tipos de brújula
Existendiversos tipos de brújula. Las más sencillas y económicas
consisten en una aguja imantada sobre un círculo graduado. Para mayor
precisión podemos encontrar brújulas de las mismas características pero
suspendidas en líquido. Estas son las brújulas comunes de marcha.
Después están las cartográficas así como también las brújulas
especiales, como las náuticas, las militares, las forestales, las
topográficas o las geológicas, entre las que se distiguen la brújula
Brunton o la brújula Freiberger. También podemos encontrar brújulas
digitales.
En los comienzos del
siglo XX aparece la brújula giroscópica o también llamada
girocompás. Consiste en un giróscopo, cuyo rotor gira alrededor de
un eje horizontal paralelo al eje de rotación de la tierra. Se
le han agregado dispositivos que corrigen la desviación, la
velocidad y el rumbo; y en los transatlánticos y buques suele estar
conectado eléctricamente, a un piloto automático. Este girocompás
señala el norte verdadero, mientras que la brújula magnética,
justamente, señalaba el norte magnético.
Partes de una brújula
La brújula se divide en seis partes fundamentales. Conviene conocer bien las partes de la brújula para hacer un uso correcto de la misma:
- La base: Es el cuerpo de la brújula y acostumbra a estar compuesta por una base de plástico resistente y transparente en la que se leen de una a tres escalas de medición. En ese cuerpo están ancladas todas las demás piezas.
- El anillo giratorio graduado: El anillo giratorio tiene una serie de divisiones hasta completar un círculo de 360 grados. Suelen tener una división mínima de 2 grados. Cuanto menor sea la división más correcta será la medición y menos errores se producirán.
- La aguja magnética: La aguja magnética se encuentra dentro del cilindro. Es la parte más importante de la brújula.
- La flecha orientadora: También se halla en el interior del cilindro, por debajo de la aguja magnética.
- Punto de lectura: El punto de lectura se encuentra en la parte superior del cilindro, encima de la numeración de las divisiones. Es un punto de color blanco, por lo general, y ahí es donde se efectúan las lecturas con la brújula.
- Flecha de dirección de viaje: Se trata de una línea que atraviesa la mayor parte de la base para terminar con una flecha. A sus lados se aprecian líneas auxiliares, aunque son distintas a las que acompañan a la flecha orientadora.
Cómo se utiliza la brújula en un mapa
En primer lugar debe colocarse la brújula sobre el mapa,
procurando que el lateral de su placa base descanse a lo largo del
rumbo que se pretende seguir. A continuación se hace girar la cápsula
(el limbo graduado) hasta que la “N” coincida con exactitud con el norte
magnético indicado en el mapa. A partir de ahí, la flecha de dirección
indica en el aro del limbo el rumbo a seguir. Ya en el terreno, y sin
dejar de mantener el limbo en la dirección que se ha obtenido sobre el
mapa, se gira toda la brújula (no el limbo) hasta lograr la coincidencia
de la flecha del Norte con la aguja imantada. Ya solo queda seguir el
rumbo hasta el punto de destino elegido y, una vez allí, repetir el
mismo proceso hasta llegar al destino final.
Cómo se utiliza la brújula cuando no hay mapa
Lo primero que debe hacerse es buscar una superficie plana donde
colocar la brújula para permitir que la aguja se mueva con libertad y
encuentre el norte. Una vez se haya detenido se procederá a girar
lentamente el limbo graduado hasta que el norte (del limbo) se sitúe
sobre la punta imantada de la aguja. Tanto la aguja como el limbo están
orientados hacia el norte. El ángulo del limbo, sea el que sea, quedará
alineado con la dirección norte-sur de la brújula, lo que servirá para
orientarnos en nuestro rumbo.
Hay que tener en cuenta que el primer paso habrá sido ubicarse en la
dirección de viaje para, posteriormente,
seguir los pasos que se han indicado con la brújula.
Orientarse sin brújula ni mapa
Cuando se carece de brújula y de mapa, aún existen
posibilidades de orientarse, tanto de día como de noche. De noche, como se ha
hecho desde siempre, mediante las estrellas. De día, para poder orientarse,
hará falta un reloj. Con el reloj debe apuntarse con la aguja pequeña en
dirección al sol. La bisectriz entre la aguja pequeña y la cifra de las 12 del
reloj indicará la dirección sur en el hemisferio norte. Ocurrirá lo contrario
en el hemisferio sur.
Las brújulas se han mantenido casi inalterables con el paso
del tiempo. Algunas, por ejemplo, comenzaron a incluir iluminación. Sin
embargo, en la actualidad, los sistemas de navegación satelitales (como el GPS)
han superado a las brújulas ya que ofrecen mayor precisión y más cantidad de
datos. De todas maneras, las brújulas siguen utilizándose ante los eventuales
desperfectos de los sistemas más complejos y en aquellos lugares donde no hay
energía eléctrica o la posibilidad de recambiar pilas.
Es importante tener en cuenta que el norte magnético
al que se apunta la aguja de la brújula es diferente al norte geográfico y
varía de acuerdo a la región del planeta. En los polos, tanto
norte como sur, las brújulas son inútiles ya que allí convergen las líneas de
fuerza del campo magnético terrestre.
Cuiosidades sobre la brújula
Las agujas magnetizadas que hoy usamos aparecieron en China
entre el año 850 y el 1050, y pronto se extendió su uso entre los navegantes,
que complementaban con la brújula su orientación mediante las estrellas. Pero
la primera persona que se sabe que haya usado una brújula fue Zheng He, un
navegante de la provincia china de Yunnan que realizó numerosos viajes
oceánicos entre los años 1405 y 1433.
Curiosamente las brújulas chinas siempre apuntan al
Sur, mientras que las Europeas apuntan al Norte, por lo que algunos
investigadores piensan que la brújula europea es un invento independiente de la
china. Los árabes probablemente si tomaron el invento chino, pues sus mapas y
brújulas también apuntan al Sur en vez de al Norte.
La brújula no se puede usar ni en el Polo Norte ni en el
Polo Sur, debido a que la convergencia de las líneas de fuerza del campo
magnético terrestre anula su funcionalidad y es incapaz de alinearse ni señalar
correctamente el Norte.
Cuando la brújula llegó a Europa durante el Renacimiento
(siglo XIV) los europeos pensaron que funcionaba por brujería, y la llamaron
brújula, que es un diminutivo de bruja. Incluso hasta medíados del siglo XIX
muchos en Europa seguían creyendo que la aguja de la brújula apuntaba al Norte
porque en el Polo Norte de la Tierra había una gigantesca montaña de hierro o
magnetita en medio de una isla imaginaria a la que se llamó Rupes Nigra, y que
era eso lo que atraía la aguja de la brújula.
Fuente:
http://suite101.net
http://www.mgar.net
http://definicion.de
http://www.labrujulaverde.com
http://www.educar.org
No hay comentarios:
Publicar un comentario