martes, 13 de noviembre de 2012

Recolección de setas



Las setas no son sino el cuerpo fructífero de algunos hongos. A diferencia de la caza o la pesca, en las que extraemos de la naturaleza individuos adultos, muy a menudo reproductores, en la recolección de setas, éstas de forma natural están destinadas a descomponerse rápidamente, por lo que se trata de un recurso renovable, capaz de soportar cierta presión de recolección, que si no se hace de forma correcta, puede repercutir en futuras fructificaciones. En este sentido, lo más importante para no perjudicar las poblaciones de hongos es no dañar los micelios y dejar suficientes ejemplares para asegurar la regeneración de las poblaciones.


Está muy extendida la creencia de que las setas no se deben arrancar, pues se perjudica así su “raíz”, esto no es cierto en el caso de los hongos (sí en las plantas), pues bajo la seta, dentro del suelo, se extiende una extensa “telaraña”, que puede llegar a medir cientos de metros cuadrados. Esta telaraña o micelio es el hongo que produce las setas y puede fructificar en toda su superficie. A diferencia de las setas, los micelios permanecen año tras año en el mismo lugar, son lo que conocemos como “rodales”, “setales”, “hongueras”, etc… y son los sitios donde cada año, si se dan las condiciones climáticas adecuadas, encontraremos las setas. Por este motivo, cuando se encuentra una determinada seta en el campo se mira con detenimiento alrededor pues no suelen aparecer solas, sino que en sus inmediaciones encontraremos otros ejemplares procedentes del mismo micelio. Así, cuando arrancamos una seta, únicamente producimos un pequeño agujero en esa telaraña, un hueco insignificante que no compromete futuras fructificaciones, como cuando al coger un fruto de un árbol arrancamos alguna hoja. Esto debemos tenerlo en cuenta al recolectar setas desconocidas con el fin de su estudio e identificación: hemos de coger el ejemplar entero, incluso arrancando un poco de tierra, ya que en la base del pie puede haber caracteres importantes para la correcta identificación.

 

Para formar las setas, el micelio es capaz de acumular una gran cantidad de materia dando lugar a un primordio que se desarrolla muy rápidamente, en horas o pocos días. Estos primordios o botones si se remueven y pierden su conexión con el micelio dejan de crecer y se secan. Por esto, una de las prácticas más perjudiciales a la hora de recolectar hongos es remover el mantillo, la capa vegetal que cubre el suelo, pues así conseguimos resecar el micelio y destruir las setas que se están formando, recolectando las setas del momento y echando a perder el resto de la campaña. Estos primordios o botones no deben recolectarse para consumo, dejando que crezcan y alcancen un grado de desarrollo adecuado.


Las malas prácticas de recolección son perjudiciales para los bosques


1.- Material necesario

Para salir a recolectar setas, como mínimo es imprescindible, aparte de la ropa y el calzado adecuado:
  • Cesta rígida de material vegetal (esparto, mimbre, sarga, castaño, caña, etc.)
  • Navaja albaceteña

2.- Sistema de recolección

A la hora de salir al campo a recolectar setas debemos de tener en cuenta los siguientes consejos:
  • Si está bien identificada y es para comer, cortada por su base. Lo ideal es irlas colocando en el fondo de la cesta con las láminas hacia abajo, pues es en el himenio donde más fácilmente quedan retenidas partículas de tierra o arena
  • Si es para estudiarla, se extrae entera, sacándola desde la base
  • Nunca remover el mantillo con rastrillos ni nada similar
  • No recoger los ejemplares viejos ni los botones
  • Las setas desconocidas o las que sepamos que son tóxicas no debemos pisarlas ni romperlas pues cumplen una función muy importante en la naturaleza
  • Inexplicable: si llevamos la merienda al campo, ¿por qué algunas personas no se vuelven a llevar el papel de aluminio o la lata vacía que pesan mucho menos que llenas?

3.- ¿Cómo distinguimos las setas comestibles de las venenosas?

En primer lugar, no debemos hacer caso de los tópicos tradicionales (plata, ajo…) como los de:
  • cocer las setas con una moneda de plata y si se pone negra es venenosa
  • si se cuecen con un ajo pierden su posible toxicidad
  • las setas mordidas por animales son comestibles
  • las setas que crecen sobre madera son todas comestibles
  • todas las setas con anillo son venenosas
  • las setas de colores chillones son venenosas
Todos estos tópicos son falsos y si al utilizarlos alguien no se ha intoxicado se trata más de buena suerte que de una práctica segura
El único sistema válido es identificar la especie correctamente, basándose en sus características diferenciales y recoger únicamente las especies que conozcamos con seguridad. Durante la campaña micológica, existen diferentes asociaciones micológicas que nos pueden informar sobre las setas que encontremos en el campo. Para ello, debemos aportar muestras completas, lo ideal es unos pocos ejemplares en diferentes fases de desarrollo, lo más frescos posibles y sin manipular.
Es mejor ir conociendo primero las especies más comunes (flora básica) e ir aprendiendo cada temporada nuevas especies


Fuente: www.dipualba.es

No hay comentarios:

Publicar un comentario