La Vida de los Otros cuenta la historia de un oficial de la
Stasi, la policía secreta alemana del régimen comunista de la República
Democrática Alemana, que recibe el encargo de vigilar y espiar a la
pareja formada por un importante literato y una famosa actriz. El
objetivo es verificar si tiene alguna conexión con los disidentes del
régimen, y en el fondo bien es sabido que quien investiga en busca de
algún tipo de relación sobre algún tema concreto acaba encontrándolo. Es
el encargado de vigilar la vida de los otros, incluso descuidando, o
quizá evitando, vivir la suya propia.
Con esta premisa inicial arranca este sensacional film alemán que se
ha alzado con el Oscar a la mejor película extranjera, dejando en la
cuneta a Volver (ya desde su no inclusión entre las nominadas finales) y a la semi-española El Laberinto del Fauno. Y desde luego que hay motivos para pensar que el premio está en su bolsillo de manera merecida.
El protagonista del film es Ulrico Mühe, en una interpretación tan
soberbia como espectacular. Lo que en un principio parece inexpresión se
encuentra regulado por Mühe para apreciar a través de la vida de los
demás como es realmente su propia vida. Gélido, escrupuloso, encarna a
un hombre inflexible y convencido de sus principios comunistas en los
que el régimen está por encima de todo. Sin embargo debajo de cada
impávido gesto se engendran cambios en su personalidad que con
posterioridad hacen que cada pequeña variación en su rostro sea
traducida perfectamente por el espectador para descifrar los
sentimientos de tan adusto personaje.
Con su sistema de escuchas se aprecia como cambia su concepción sobre
la aplicación de unos métodos que el consideraba justos y necesarios.
Pero por encima de eso, la película nos habla de la soledad del
individuo, de aquel que estructura su existencia alrededor de una idea y
el desasosiego que resulta al contemplar como las anteriores y válidas
convicciones se hacen añicos, como todo se desmorona.
Profunda, cargada de ritmo, consigue imbricar suspense y tensión con
una epidérmica revisión de los principios de los individuos, de las
consecuencias de la falta de libertad, de la obsesión por el control
absoluto en los detalles más nimios cuando en realidad hasta la propia
existencia se escurre entre las manos.
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