"La vida es una fuente interminable de reflexiones, desmedida como la eternidad, inagotables como la maldad e inmensas como el amor".
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miércoles, 3 de octubre de 2012
Fraude en la ciencia
La historia del doctor Bourbaki
Todo comenzó cuando cierta vez un matemático, el Dr. Bourbaki, fue invitado a pronunciar una conferencia en la Ecole Normale Supérieure de París (8). El hombre venía precedido de impresionantes antecedentes como matemático: miembro notable de la Academia Real de Poldava, y autor de muchísimas obras de la especialidad, muchas de ellas publicadas por el Institut Mathématique de l'Université de Nancago donde además era uno de sus más brillantes profesores.
Ese día disertó ante importantes funcionarios y, aunque nadie pudo entender nada, todos le expresaron su admiración felicitándolo efusivamente. Desde entonces, desapareció y nunca más se lo volvió a ver en público.
En realidad, este Dr. Bourbaki jamás existió. Fue el invento de un grupo de individuos con cierto sentido del humor que contrataron a un actor para que improvisara una disertación totalmente falsa y plagada de ideas sin sentido y fórmulas descabelladas. Quienes le escuchaban tampoco se animaron a hacer preguntas, quizá por miedo a mostrar su ignorancia.
Los autores de la farsa fueron un grupo de auténticos matemáticos franceses, de los más brillantes del siglo, y que en la realidad habían publicado alrededor de 1939 una monumental obra de su especialidad empleada asiduamente en todo el mundo (los "Elementos de Matemática"), bajo el seudónimo colectivo de Nicolás Bourbaki. Al elegir este apellido se inspiraron en un auténtico general que había intervenido en la guerra franco-prusiana de 1871, de nombre Charles Bourbaki, y de quien se contaban desopilantes anécdotas como aquella que afirmaba que luego de fracasar en una batalla intentó suicidarse con un balazo en la cabeza...pero erró el disparo. Finalmente murió en 1897.
Por supuesto que el currículum que arrastraba el falso conferenciante fue también un fraude. La Academia Real de Poldava nunca existió, lo mismo que la Universidad de Nancago, palabra esta última derivada de Nancy y Chicago, dos de los lugares donde efectivamente trabajaron algunos de los auténticos matemáticos complotados.
No es este, sin embargo, el único caso de currículum fraudulento. Alrededor de la década del '40, el estadounidense Marvin Hewitt había abandonado sus estudios cuando contaba apenas 17 años, pero sin embargo, a fuerza de inventar sus propios currícula, dictó innumerables clases y conferencias en distintas universidades a lo largo de 8 años (9).
Solía impresionar con sus notables, aunque imaginarias referencias a las autoridades universitarias, y entre ellas le gustaba incluír un doctorado en filosofía, otro en física, e incluso una vez fue un 'antiguo Director de Investigación de la RCA'.
Marvin Hewitt, sin embargo, cometió un solo error: solía tomar nombres de auténticos científicos, con lo cual sus fraudes fueron finalmente desbaratados, terminando así su 'brillante' carrera como profesor universitario.
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