Silvio Rodríguez explicó la historia de esta canción:
" Uno de mis primeros oficios fue el de dibujante: hacía historietas cómicas. Y de ahí me nació una afición, un amor en general hacia las artes plásticas. Recuerdo que me gustaba mucho especialmente un pintor ruso llamado Marc Chagall, quien vive todavía. Me gustaba por la fantasía, por el colorido, por la figuración tan personal y característica de su pintura. Recuerdo también que una vez descubrí un cuadro de él que entre otras cosas representaba a una mujer con un sombrero blanco y una pluma colorada, que me gustó mucho; y también recuerdo, valga la redundancia, que unos años después en, en los carnavales de La Habana de 1970, conocí a una mujer con un sombrero blanco y una pluma colorada que me gustó mucho más. Por eso siempre digo, cuando canto esta canción, que se debe a mi afición a las artes plásticas. Y por eso también la titulé Óleo de mujer con sombrero".
" Uno de mis primeros oficios fue el de dibujante: hacía historietas cómicas. Y de ahí me nació una afición, un amor en general hacia las artes plásticas. Recuerdo que me gustaba mucho especialmente un pintor ruso llamado Marc Chagall, quien vive todavía. Me gustaba por la fantasía, por el colorido, por la figuración tan personal y característica de su pintura. Recuerdo también que una vez descubrí un cuadro de él que entre otras cosas representaba a una mujer con un sombrero blanco y una pluma colorada, que me gustó mucho; y también recuerdo, valga la redundancia, que unos años después en, en los carnavales de La Habana de 1970, conocí a una mujer con un sombrero blanco y una pluma colorada que me gustó mucho más. Por eso siempre digo, cuando canto esta canción, que se debe a mi afición a las artes plásticas. Y por eso también la titulé Óleo de mujer con sombrero".
Oleo de mujer con sombrero
Una mujer se ha perdido
conocer el delirio y el polvo,
se ha perdido esta bella locura,
su breve cintura debajo de mí.
Se ha perdido mi forma de amar,
se ha perdido mi huella en su mar.
Veo una luz que vacila
y promete dejarnos a oscuras.
Veo un perro ladrando a la luna
con otra figura que recuerda a mí.
Veo más: veo que no me halló.
Veo más: veo que se perdió.
Una mujer innombrable
huye como una gaviota
y yo rápido seco mis botas,
blasfemo una nota y apago el reloj.
Que me tenga cuidado el amor,
que le puedo cantar su canción.
La cobardía es asunto
de los hombres, no de los amantes.
Los amores cobardes no llegan
a amores, ni a historias, se quedan allí.
Ni el recuerdo los puede salvar,
ni el mejor orador conjugar.
Una mujer con sombrero,
como un cuadro del viejo Chagall,
corrompiéndome al centro del miedo,
y yo, que no soy bueno, me puse a llorar.
Pero entonces lloraba por mí,
y ahora lloro por verla morir.
conocer el delirio y el polvo,
se ha perdido esta bella locura,
su breve cintura debajo de mí.
Se ha perdido mi forma de amar,
se ha perdido mi huella en su mar.
Veo una luz que vacila
y promete dejarnos a oscuras.
Veo un perro ladrando a la luna
con otra figura que recuerda a mí.
Veo más: veo que no me halló.
Veo más: veo que se perdió.
Una mujer innombrable
huye como una gaviota
y yo rápido seco mis botas,
blasfemo una nota y apago el reloj.
Que me tenga cuidado el amor,
que le puedo cantar su canción.
La cobardía es asunto
de los hombres, no de los amantes.
Los amores cobardes no llegan
a amores, ni a historias, se quedan allí.
Ni el recuerdo los puede salvar,
ni el mejor orador conjugar.
Una mujer con sombrero,
como un cuadro del viejo Chagall,
corrompiéndome al centro del miedo,
y yo, que no soy bueno, me puse a llorar.
Pero entonces lloraba por mí,
y ahora lloro por verla morir.
Silvio Rodríguez
No hay comentarios:
Publicar un comentario