...Carlos
II, «el Hechizado», Desde muy pequeño padeció de desarreglos
intestinales que le duraron toda la vida, agravándose cuando su
creciente prognatismo le dificultó cada vez más la masticación. Sufrió
retardo motor y tuvo una enorme cabeza que se ha atribuido a una posible
hidrocefalia. A los seis años tuvo el sarampión y la varicela a los
ocho. A los diez años pasó la rubéola, y a los once sufrió la viruela.
Alrededor de los treinta y siete años, sus desmayos son tan largos que
duran a veces más de dos horas. A los treinta y dos años perdió el pelo.
Cuando tenía treinta y ocho años comenzó a acusar hinchazones en los
pies, luego en las piernas y más tarde en las manos, la cara y la
lengua, dificultándole la palabra. Padecía congojas que terminaban en
desmayos. Era un epiléptico, con grandes ataques hacia el final de su
vida. Durante su última enfermedad, se acordó colocarle pichones recién
muertos sobre la cabeza y entrañas calientes de cordero
sobre el
abdomen.
...parece ser que el único superviviente de la batalla de Little Bighorn, donde los guerreros sioux masacraron al general Custer y su 7º Regimiento de Caballería, fue un caballo llamado Comanche. Posteriormente habría de destacarse en numerosas batallas frente a los indios. Keogh, el soldado que montó a Comanche, sostuvo las riendas de su corcel aún después de muerto en una muestra patética de su apego por el caballo. Nunca nadie lo volvió a montar. Tiempo después, cuando el caballo murió y, al ser considerado héroe nacional, se decidió disecar su cuerpo. Sus órganos fueron enterrados con honores militares. Su cuerpo ya disecado fue trasladado de modo permanente al Museo de Historia Natural de la Universidad de Kansas?
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