El singular aspecto de este marsupial se debe, sobre todo, a su gran cabeza, en la que se destacan las orejas, pequeñas, cubiertas de pelos larguísimos y muy divergentes una de otra; los ojos vivos y el hocico, ancho y chato. El pelaje, muy largo y casi rizado, es espeso, pero blando, fino y lanoso al propio tiempo. La cara aparece desnuda a lo largo del tabique nasal y desde el hocico hasta los ojos.
Las hembras llevan a sus crías recién nacidas en la bolsa marsupial durante seis meses aproximadamente. Cuando la cría sale de la bolsa se agarra a la espalda de su madre o a su tripa, acompañándola a todas partes hasta que tiene cerca de un año.
Los koalas viven en el este de Australia, donde hay más eucaliptos. A los koalas les gustan tanto estos árboles que casi nunca los abandonan. El koala no se especializó en una dieta de eucaliptos hasta que se enfrió el clima y los bosques de eucaliptos crecieron en el lugar de las selvas tropicales. El registro fósil indica que antes de hace 50.000 años, los koalas gigantes habitaron las regiones del sur de Australia. El koala tiene un papel ecológico similar al de los perezosos de América del Sur.Además, gracias a sus extremidades y dedos oponibles se mantienen cómodamente sobre ellos. Los koalas pueden dormir hasta 18 horas al día, sujetos en las horquetas y rincones de los árboles.
Cuando no están durmiendo se alimentan de las hojas de eucalipto, especialmente por la noche. No beben mucha agua, por lo que su hidratación proviene de las mismas hojas. Cada koala come una gran cantidad comparado con su tamaño: aproximadamente un kilogramo al día. A veces las almacenan en una especie de bolsas que tienen en las mejillas.
Poseen un sistema digestivo especial con un estómago muy largo que les permite digerir las duras hojas de eucalipto y que evita que su veneno les haga daño. Los koalas comen tal cantidad de estas hojas que tienen un olor muy peculiar que recuerda a las pastillas para la garganta.
En la década de 1920 y 1930 la caza de estos mamíferos rechonchos y peludos fue muy popular, por lo que su población disminuyó considerablemente. Gracias a los programas de reintroducción han vuelto a aparecer en su hábitat natural, pero siguen siendo pocos y están dispersos. Los koalas necesitan mucho espacio, unos cien árboles por koala, lo que supone un problema grave debido a la disminución de los bosques australianos.
Una característica de estos animales es que se pasan gran tiempo abrazados a los árboles. En un principio se creía que lo hacían solo en busca de comida y refugio. Pero pronto se observó que estos simpáticos animales pasan más de un 30% de su tiempo en árboles cuya hoja no podían comer ¿Qué les hacía entonces abrazarse a esos árboles? Según unainvestigación publicada en la revista Biology Letters, su fin no es otro que refrescarse. Si bien en invierno trepan hasta la copa de los árboles para ocultarse entre sus hojas, en los meses de verano, en cambio, quedan mucho más cerca del suelo y es cuando les vemos abrazados a los troncos.
No es el único animal que se abraza a los árboles para refrescarse en los días calurosos de Australia, sino que otros muchos utilizan esta técnica. "Los troncos frescos de los árboles ofrecen importantes microhábitats para una amplia gama de especies arborícolas, incluyendo primates, leopardos, aves e invertebrados cuando hace calor, afirma el estudio.
Fuente:
http://nationalgeographic.es
http://www.quo.es
http://lperezecu.wordpress.com