Aunque tu no lo sepas me he inventado tu nombre pero eh con promesas y he dormido en los coches aunque tu no lo entiendas nunca escribo el remite en el sobre por no dejar mis huellas.
Aunque tu no lo sepas me he acostado a tu espalda y mi cama se quejaba fria cuando te marchas y he brindado mi puerta y al llegar la mañana no me di ni cuenta de que ya nunca estabas.
Y aunque tu no lo sepas nos deciamos tanto, con las manos tan llenas cada dia mas flacos, inventamos mareas, curabamos barcos, yo encendia con besos el mar en tus labios.
A tu lado, nada media mi tiempo, nuestro tiempo. Latía ajeno a lo que fue o tuviera que venir. ¡ Ay de mi !, como ha cambiado todo. Me pesan en los ojos los relojes, todos los relojes. Corren por mis venas sus manecillas, como negras agujas infectadas que buscasen herir definitivamente mi corazón. Tropiezo una y otra vez con sus pervertidas marcas en relieve. La siniestra maquinaria del tiempo, latiendo, ¡tictactictactictac!, recordando nuestra condición de nada, la escasa vida, la cuenta atrás. El tiempo celebra en sus reuniones los fragmentos, lo que quedó, lo que lleva pasado, todo lo que pesa en las ojeras y en los ojos, en olas de segundos, en las escasas mareas de minutos de amor.
En Tesalia, Grecia, encaramados a inaccesibles cimas rocosas que se levantan a 300 metros sobre el valle del Peneo, se encuentran los restos de la que en su día fue una próspera comunidad monástica, completamente alejada de cualquier distracción terrenal. Los picos y los acantilados de este paisaje sobrenatural fueron creados por la acción del mar, que sumergió estas llanuras hace 30 millones de años. Los monasterios de Meteora están clasificados como patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Su emplazamiento, ha permitido preservar tradiciones religiosas griegas protegiendo un reducto de la cultura helénica durante siglos.
Meteora significa, literalmente, “en el aire”. El extraño paisaje de Meteora, fue formado tras años de erosión, en donde un río que desembocaba en el mar de Tesalia, hace miles de años encontró una nueva salida al Mar Egeo, luego de fuertes terremotos que hicieron hundir el macizo. Los primeros monasterios se construyeron en el siglo XIV, cuando un grupo de monjes Cristianos Ortodoxos que se refugiaban en cuevas del lugar, decidieron emplazar los monasterios de Meteora en lugares recluidos e inaccecibles al asedio de los turcos y albaneses. El aislamiento y difícil acceso es tal, que incluso, desarrollaron un sistema de poleas para subir las provisiones para abastecerse a través de enormes precipicios. Hay más de 60 cumbres, que parecen nidos de cigüeña en lo alto de una chimenea. La comunidad religiosa más antigua se estableció aquí en el siglo X y en el XVI había 24 monasterios y ermitas. Cuatro de ellos sobrevivieron como piezas de museo, mientras que otros dos funcionan como centros religiosos, con varios monjes que habitan en ellos.
Monasterio de Roussanou
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Monasterio de Roussanou
Curiosa capilla en plena roca, solo apta para escaladores
De aquellos que se pueden visitar, Megálou Meteórou es el más importante y el más alto, y el que ha mantenido su dominio sobre la zona desde que fue construido en el siglo XIV con rocas del pico más alto (415 metros). Merece la pena visitar todos los monasterios que abren al público, por los objetos religiosos acumulados durante siglos, por las vistas y por la oportunidad de observar la vida y el ascetismo de los ermitaños, así como uno de los parajes naturales más extraños del planeta.
Hasta 1920, la única manera de llegar hasta los monasterios era mediante escaleras plegables o redes. A partir de esta fecha, los peldaños que conducen a los monasterios han sido labrados sobre la misma roca. El mundo de la aventura ha descubierto el bosque de rocas, y se puede divisar en la distancia a algunos escaladores que parecen moscas a medida que avanzan lentamente hacia las cumbres.
Monasterio de Barlaam
Monasterio de Barlaam
Monasterio de Agios Stefanos
Monasterio de Simonos Petra
(Éste está situado en el monte Athos, y no forma parte del conjunto de Meteora)
Monasterio Gran Meteoro
Gran Meteoro
Un peculiar modo de transporte que usan los monjes:
Algunas de las cosas que se pueden encontrar en el interior de los monasterios: