..."a fin de cuentas,
quizá la vida sea eso, mucha desesperación pero también momentos de
indescriptible belleza, donde el tiempo ya no es igual. Es como si las notas musicales hicieran una suerte de paréntesis en el
tiempo, una suspensión, otro lugar aquí mismo… un siempre en el jamás. (…) A partir de ahora buscaré los siempre en los jamases. La belleza de este mundo”
...No puedes decir jamás
No debes pedir perdón
Tan solo te quiero más
Dolor que no puedo ver
Ni siento cuando te vas
No puedes decirme adiós
Te llevo en mí caminar...
Pero ahora nunca me oirás
decirte nunca jamás...
No, no, no nunca jamás
no digas nunca jamás,
jamás, jamás...
Siempre fui
Esclavo de la libertad
De esos que saben flotar
Y que besan el cielo
Y hasta a que
Apareciste por ahí
Me decidí aterrizar
Y quedarme en tu suelo
Descubrí mi fe en tu ilusión
Mi. alma reconoció
Tu voz
Y así
Se fue detrás de ti mi corazón
Vuelo entre tus alas
Despierto entre tu alma
Y mi paz ( y mi paz)
En mi , ya son
Viajo en tu mirada
Me elevas
Soy mejor de lo que fui
Por ti Amor
Y hasta hoy
Pensaba que era libertad
Estaba en otro lugar
Y hoy la llevo por dentro
Me asome al laberinto de tu amor
Aquí encontré mi verdad
Y en ti esta lo que quiero
Descubrí mi fe en tu ilusión
Mi. alama reconoció
Tu voz
Y así
Se fue detrás de ti mi corazón
Vuelo entre tus alas
Despierto entre tu alma
Y mi paz ( y mi paz)...
La carrera del mar sobre mi puerta
es sensación azul entre mis dedos,
y tu salto impetuoso por mi espíritu
es no menos azul, me nace eterno.
Todo el color de aurora despertada
el mar y tú lo nadan a mi encuentro,
y en locura de amarme hasta el naufragio
van rompiendo los puertos y los remos.
¡Si tuviera yo un barco de gaviotas,
para sólo un instante detenerlos,
y gritarle mi voz a que se batan
en un sencillo duelo de misterio!
Que uno en el otro encuentren su voz propia,
que entrelacen sus sueños en el viento,
que se ciñan estrellas en los ojos
para que den, unidos, sus destellos.
Que sea un duelo de música en el aire
las magnolias abiertas de sus besos,
que las olas se vistan de pasiones
y la pasión se vista de veleros.
Todo el color de aurora despertada
el mar y tú lo estiren en un sueño
que se lleve mi barco de gaviotas
y me deje en el agua de dos cielos.
“Los niños aprenden mucho más jugando que estudiando, haciendo que
mirando. El juego que hacen solos sin el control de los adultos es
la forma cultural más alta que toca un niño. Los niños que han podido
jugar bien y durante mucho tiempo serán adultos mejores”
“El juego da recursos para la vida. Todas las crisis de la juventud
se gestan en la primera infancia”
“Hoy educar significa pedir a los niños que dejen de
comportarse como niños y lo hagan como adultos”
“Los pequeños pasan sus días frente a adultos instructores, les es difícil
hacer cosas raras. Así se va alimentando una necesidad de riesgo
acumulada que expresará con su primera moto y en las salidas nocturnas”
“Los pequeños no quieren estar recluidos en su habitación para jugar, ni
en ludotecas, ni en todos esos espacios que construimos para que estén
controlados. Lo que hace un niño controlado por un adulto es distinto
de lo que hace solo. Los niños necesitan espacios donde, dentro de
un clima de control social, ellos puedan hacen lo que quieran:
pisar el césped, subirse a los árboles y jugar con las lagartijas”
Francesco Tonucci
IMPRESCINDIBLE entrevista para todos los padres, los
profesores, los alcaldes y encargados de urbanismo, … y en definitiva
para todas las personas, porque es la sociedad en su conjunto quien
trata y convive con los niños y la que reproduce un tipo de crianza y
educación determinado.
Francesco Tonucci (1941) es un pensador, psicopedagogo y dibujante italiano que se dedica al estudio del pensamiento y el comportamiento infantil.
Ha creado y dirige desde 1991 el proyecto La Ciudad de los Niños,
que propone a los alcaldes de 100 ciudades una nueva filosofía de
gobierno, adoptando a los niños como parámetro de valoración, de
proyección y de cambio de la ciudad.
Critica la forma en que las ciudades están estructuradas y aconseja
que estén planificadas pensando en los niños. Pero no para convertirlas
en Disneylands locales sino porque él afirma que un adulto sano es el resultado de un niño que ha jugado mucho y ha tenido autonomía.
Francesco Tonucci es un autor importante a tener en cuenta junto con Christopher Clouder que ya nos advertía que “hay mucho tiempo para ser adultos y poco para ser niños” y Toshiro Kanamori y su pedagodía para ser feliz.
Las criticas y sugerencias de Tonucci a la escuela clásica están resumidas aquí y también expresa sus ideas en viñetas que firma con el seudónimo “Frato” y que se recogen en el libro “40 años con ojos de niño” (Graó).
En contra de una sociedad que últimamente asocia constantemente la
palabra “límites” a niños e incluso a bebés, este pedagogo reivindica la LIBERTAD, el poder personal, menos deberes, más tiempo libre
por las tardes para descubrir el mundo y, sobre todo, sostiene que “los
niños no son recipientes vacíos que hay que llenar de conocimientos”
sino que tienen sus propias vivencias y formas de pensar.
En esta entrevista en La Contra de La Vanguardia del 11-9-2007 Tonucci explica con contundencia la importancia infravalorada del juego en la infancia y afirma que estamos robando la autonomía, herramienta básica de futuro, a los niños de 3 a 6 años.
Estas son sus palabras para leer varias veces y reflexionar como sociedad:
67 años. Nací en Fano y vivo en Roma. Estoy casado y
tengo tres hijos y un nieto. Desde 1966 soy investigador del Instituto
de Ciencia y Tecnología de la Cognición del Consejo Nacional de
Investigación (CNR) Italiano. La política debería ser un servicio a la comunidad y es un servicio para pequeños grupos. Soy católico y creyente.
¿Qué quieren los niños?
Los niños que participan en el proyecto La Ciudad de los Niños (en 100
ciudades italianas, españolas y argentinas) piden todos lo mismo en sus
reuniones con los alcaldes.
¿De qué se trata?
Espacio y autonomía. Tienen un gran conflicto con los coches porque
estos crean peligro y y el peligro impide su autonomía. Unos niños
italianos propusieron a un alcalde dividir el espacio: “Mitad para que
aparquen los coches, mitad para nosotros”.
Angelitos
Estoy luchando con los alcaldes para que abandonen esa costumbre de
construir parques para niños con columpios y toboganes. Los niños
necesitan espacios donde, dentro de un clima de control social, ellos
puedan hacen lo que quieran: pisar el césped, subirse a los árboles y
jugar con las lagartijas.
¿No les gustan los espacios para niños?
Los pequeños no quieren estar recluidos en su habitación para jugar, ni
en ludotecas, ni en todos esos espacios que construimos para que estén
controlados. Lo que hace un niño controlado por un adulto es distinto de
lo que hace solo. Están perdiendo esa posibilidad de vivir experiencias
solos y por tanto la posibilidad de jugar.
Parece grave
A nivel cognitivo es gravísimo, por eso los niños están proponiendo que la ciudad retome el espacio público, como público.
¿Reivindican la necesidad de jugar?
Sí. Un niño le espetó al alcalde de Roma: “Estaba jugando en la plaza y
un guardia me quitó la pelota”. Los niños tienen derecho a jugar en las
plazas públicas. ¿Con la pelota? Sí. En Lima vi un cartel que suscribo:
“Prohibido jugar a la pelota excepto niños”.
Plazas con pelotas y sin coches, ¿utópico?
Los niños deben poder jugar como quieran ellos. En el patio de casa, en
la acera, en los paseos…, porque éstos son espacios públicos. Debemos
invertir en cómo nuestras ciudades, no en una teórica, pueden
transformarse en lugares donde los niños puedan ser niños. Y los que más
me preocupan son los de tres a seis, porque les estamos robando la
autonomía, herramienta básica de futuro.
¿Cómo percibimos hoy a los niños?
Los adultos y por tanto los propios niños se perciben como una persona
que vale por lo que será mañana y no por lo que es hoy. Hoy educar
significa pedir a los niños que dejen de comportarse como niños y lo
hagan como adultos.
¿Cómo se soluciona?
Escuchando sus tonterías, porque cuando un niño dice una tontería es algo que no ha oído de sus padres ni de sus maestros.
Regáleme una tontería
El deseo de un niño: “Quiero una cancha de fútbol sin entrenador”.
Entiendo que los niños estén hartos de adultos. La diferencia entre un
niño de cinco años de hoy y yo cuando tenía su edad es que yo tenía
mucho tiempo sin adultos, por mi cuenta. Hoy la gran preocupación es
enseñarles todos los peligros.
Peligros que les cortan las alas
La soledad es la grave enfermedad de los niños que hoy viven en las
ciudades ricas. Familias de hijos únicos, sin compañeros dentro de su
propia casa y, debido al peligro ambiental, sin posibilidad de salir a
buscarlos.
Tienen a sus compañeros de escuela
Amigos institucionales, compañeros controlables. En mi infancia hacer un
amigo nuevo era un riesgo que requería capacidad de conocimiento de los
otros, y me parece un valor enorme. La dificultad que hoy tienen los
jóvenes de crear pareja estable se debe a que les faltó la experiencia
de crear relaciones que tuvieran que afrontar solos.
El riesgo asusta
El riesgo es una componente esencial del desarrollo. Sería deseable que
los niños encontraran sus obstáculos en el momento útil, medir si pueden
saltar un riachuelo o si les compensa relacionarse con alguien.
Hay quien opina que ya tendrán tiempo.
Los pequeños pasan sus días frente a adultos instructores, les es
difícil hacer cosas raras. Así se va alimentando una necesidad de riesgo
acumulada que expresará con su primera moto y en las salidas nocturnas.
Interesante.
Los niños no son aspirantes suicidas, no buscan situaciones que no
puedan dominar porque se trata de jugar. A cambio de impedirles ese
juego exploratorio les damos protección y posibilidad de adquirir muchas
cosas. Se crea así una relación perversa entre un niño que quiere mucho
y un adulto que piensa que tiene que dar mucho para compensar lo que no
puede darle. Los regalitos continuos destruyen la capacidad de juego.
¿Hay que renunciar al control?
Sí, hay que acompañar “pero de lejos”, como decía un niño argentino. Los niños aprenden mucho más jugando que estudiando, haciendo que mirando.
El juego que hacen solos sin el control de los adultos es la forma
cultural más alta que toca un niño. Los niños que han podido jugar bien y
durante mucho tiempo serán adultos mejores.
¿Qué consejo daría a los padres?
Dele a su hijo más autonomía, con normas de espacio, de tiempo y
sociales, y le sorprenderá cómo mejora la comunicación: correrá a
contarle lo que ha descubierto.
Debemos perder el miedo…
Así es. En tres municipios de Roma los niños de seis y siete años van
solos al colegio. Los padres y los tenderos controlan pero sin que los
niños lo sepan. Para ellos es un gran regalo, se sienten reconocidos y
se hacen más responsables. Y, curiosamente, esos barrios se vuelven más
seguros.
Suspicious Minds es una canción compuesta e interpretada en 1956 por
Mark James, mejor conocido como Francis Zambon, quien también escribió
la canción Always On My Mind.
El 1 de noviembre de 1969, y tras siete largos años alejado de los
escenarios, Elvis Presley publicó su versión de este tema, siendo su
último éxito número 1.
La canción ocupa el puesto nonagésimo primero en la lista de las 500
mejores canciones de todos los tiempos según la revista Rolling Stone, y
para muchos críticos, el mejor tema interpretado por el Rey.
Una persona que no puede dejar de lavarse las manos de una forma
determinada, que debe controlar si está cerrada la puerta, o si la llave
del gas está abierta. Una persona que teme, sufre y se angustia por la
posibilidad de que le pase algo a un ser querido. Una persona que sufre
este tipo de rituales que no puede controlar, ni evitar, es alguien que
sufre el Trastorno Obsesivo-Compulsivo o Desorden obsesivo compulsivo (TOC).
Los Trastornos Obsesivos Compulsivos, comúnmente conocidos como TOC son
trastornos de ansiedad que modifican la vida cotidiana de quien los
sufre. Estos trastornos se caracterizan por pensamientos recurrentes y
constantes que afligen y preocupan al sujeto que tiene esta
irregularidad en su carácter. Esta compulsión somete a un individuo
aparentemente sano a una conducta repetitiva y persistente, llevándolo a
sentirse culpable de dicho comportamiento e impotente al no poder
controlarlo. Estos desórdenes necesitan de ayuda profesional para ser
superados y controlados. Los que observan estas conductas, creen que el
individuo que los sufre, los produce voluntariamente, pero en realidad
son pensamientos que invaden su conciencia y afectan su bienestar físico
y social.
Lavadores Compulsivos
Los lavadores son personas que su ansiedad se relaciona con la
contaminación de su cuerpo y el contagio de enfermedades a través de los
objetos que tocan y, por lo general, son objetos que se encuentran
fuera de su hogar. Una de las características de este TOC es la
frecuencia con que las personas se lavan las manos: este “ritual” puede
ser llevado a cabo reiteradas veces durante el día. Usan la ropa una
sola vez y la ponen a lavar; el aseo de su hogar es altamente meticuloso
y, por lo general, usan guantes y desinfectantes en cada ocasión de
limpieza.
Los verificadores
La obsesión de estas persona es cerciorarse repetidamente sobre una
condición sobre la cual se piensa se sufrirá un accidente o un evento
desafortunado. Un ejemplo común es la cantidad de veces que se revisa la
cerradura de una puerta antes de salir para comprobar que la misma
quedó bien cerrada, para evitar el ingreso de ladrones. También puede
darse al constatar en repetidas oportunidades que todos los
electrodomésticos y llaves de gas estén perfectamente desconectados y
cerrados para evitar incendios. Estas personas se hallan con un temor
desmedido e irracional de provocar daño a sí mismos y a otros a causa de
un incorrecto control, por lo cual verifican constantemente todo objeto
de preocupación.
Somáticos e Hipocondríacos
Cuando una persona sufre compulsiones obsesivas constantes con respecto a
su estado de salud pueden ser ubicados en la categoría de somáticos e
hipocondríacos. Ellos tienen un gran temor infundado a desarrollar y
padecer una grave enfermedad que ponga en riesgo su vida.
Viven en
constante alerta ante la aparición de nuevos síntomas que afecten su
condición física. Permanentemente verifican su estado de salud,
controlan su ritmo cardíaco con frecuencia, toman su temperatura
corporal varias veces al día e inspeccionan minuciosamente su físico
para encontrar pequeñas anomalías que pudieran degenerar en una
enfermedad terminal. Los verificadores somáticos hablan permanentemente
de sus supuestas enfermedades.
Los perfeccionistas
Hay personas que son extremadamente autoexigentes y considerablemente
críticas de ellos mismos, se preocupan por detalles mínimos e
insignificantes, irrelevantes para su vida cotidiana, con la necesidad
abulta de hacer sus tareas de una manera perfecta. Estas personas se las
clasifica como perfeccionistas dentro de los trastornos obsesivos
compulsivos. Necesitan aprender y saber cosas muy triviales y su
autoexigencia puede llevarlos a límites estresantes ya que sus metas
pueden ser muy difíciles de sostener en el tiempo. Algunos ejemplos de
este trastorno pueden ser obtener las mejores calificaciones y
mantenerlas, sobresalir en el ámbito laboral o ser el mejor del equipo.
Los acumuladores
Los acumuladores compulsivos son las personas que coleccionan grandes
cantidades de objetos descartables sin ningún valor y de los cuales no
son capaces de desprenderse sin ayuda profesional. Estas personas sufren
ante la pérdida de un objeto aunque éste sea inútil o insignificante.
En general, los acumuladores viven rodeados por todos los objetos que
coleccionan al punto tal que la limpieza y el aseo personal y el de la
vivienda en la que se encuentran pasa a un plano totalmente secundario.
Esto les genera vergüenza y perturbación, pero no logran deshacerse de
los objetos con los cuales han entablado un lazo afectivo muy difícil de
romper.
Atormentados y obsesivos puros
Existe una categoría de trastorno obsesivo compulsivo que no tiene
características físicas visibles del modo reiterativo o convulsivo, sino
que se trata de un trastorno que ocurre en la mente del individuo y
tiene que ver con procesos reiterativos mentales. Los sujetos que sufren
de esta perturbación se los denomina atormentados y obsesivos puros.
Experimentan reiterados pensamientos de índole negativo que resultan de
una naturaleza incontrolable y angustiante. Esta obsesión por las ideas
negativas no es voluntaria, sino que estos pensamientos invaden la
conciencia de la persona sin que esta pueda hacer algo para evitarlo. El
sujeto que sufre de este trastorno confronta una lucha interna para
librarse de los pensamientos agobiantes, llevándolo a una instancia de
agotamiento mental y frustración.
Superticiosos
Estas personas generalmente presentan un alto grado de paranoia y una
alteración significativa en la percepción del pensamiento mágico, el
cual es una manera de pensar basada en la fe y la imaginación.
Esta
distorsión de la realidad los lleva a creer que los pensamientos
negativos y cierta verbalización de los mismos pueden causar daño a
ellos mismos o a otros, en especial a los seres queridos. Una de las
características de este trastorno es la realización de acciones
repetitivas a manera de ritual con el propósito de contrarrestar sus
pensamientos negativos y como consecuencia disminuir el daño que se
pudiera causar.
Filosófico-religioso
Hay personas que se encuentran excesivamente preocupadas por la
posibilidad de cometer una afrenta religiosa, pecado o un acto en contra
de sus creencias y filosofía de vida. Estos individuos se los agrupa
dentro de las obsesiones filosófico-religiosas y continuamente siente la
necesidad y la pulsión por confesar pecados que nunca cometieron o
"pecados" de naturaleza pueril. La culpa los obsesiona y los preocupa y
las consideraciones a nivel de conciencia moral son extremadamente
agobiantes. Demuestran actos compulsivos como confesarse ante un
sacerdote o autoridad máxima de la religión a la cual pertenecen. Rezar y
arrepentirse de sus pecados y malas acciones son una de las
características más notable de este Toc.
Dubitativos e indecisos
Sufren de este trastorno los individuos que presentan una intolerancia a
la incertidumbre al punto tal que los afecta en su modo de vivir. Las
personas con este TOC, tienen grandes conflictos ante situaciones que
merecen una reflexión previa para tomar una decisión. Los contextos
ambiguos e inciertos generan un alto grado de ansiedad bloqueando
cualquier posibilidad de toma de decisiones. El miedo excesivo a cometer
errores y la falta de confianza al momento decidir paraliza a la
persona y detiene la viabilidad de acción, dejando al individuo en un
lugar incómodo y frustrante. El paciente que sufre este TOC necesita la
mayor predictibilidad y control de los eventos para reducir su temor y
ansiedad.
Obsesión por la comida
En esta categoría se pueden mencionar la Anorexia y Vigorexia, por citar
un par de ejemplos. Las personas afectadas con anorexia modifican sus
dietas eliminando todos los alimentos que contengan grasas y calorías en
exceso para no aumentar de peso. Tienen una distorsión severa de su
imagen.
En el caso de la vigorexia, la persona que sufre esta condición
ejercita en forma excesiva su musculatura ya que cree que nunca está lo
suficientemente bien desarrollada. La distorsión del cuerpo en ambos
casos es tal, que el plan alimenticio y la rutina diaria de los
individuos con este TOC se ven afectada ya que todas sus actividades
están focalizadas en modificar la apariencia de sus cuerpos.