sábado, 22 de junio de 2013

Cuando tú me elegiste, Pedro Salinas





Cuando tú me elegiste
-el amor eligió-
salí del gran anónimo
de todos, de la nada.
Hasta entonces
nunca era yo más alto
que las sierras del mundo.
Nunca bajé más hondo
de las profundidades
máximas señaladas
en las cartas marinas.
Y mi alegría estaba
triste, como lo están
esos relojes chicos,
sin brazo en que ceñirse
y sin cuerda, parados.
Pero al decirme: “tú”
a mí, sí, a mí, entre todos-,
más alto ya que estrellas
o corales estuve.
Y mi gozo
se echó a rodar, prendido
a tu ser, en tu pulso.
Posesión tú me dabas
de mí, al dárteme tú.
Viví, vivo. ¿Hasta cuándo?
Sé que te volverás
atrás. Cuando te vayas
retornaré a ese sordo
mundo, sin diferencias,
del gramo, de la gota,
en el agua, en el peso.
Uno más seré yo
al tenerte de menos.
Y perderé mi nombre,
mi edad, mis señas, todo
perdido en mí, de mí.
Vuelto al osario inmenso
de los que no se han muerto
y ya no tienen nada
que morirse en la vida.



Duele perderte, Luis Fonsi

Quise pensar que no me importa más
Quise ignorar mi propio llanto
Quise creer que es fácil controlar
Mi sufrimiento en otros brazos
Y es que seria capaz de apagar el sol
Para enseñarte que no hay vida sin tu amor

Y duele perderte
Que sé que soy culpable de mi suerte, te sueño
En este gris atardecer se nubla el cielo vacio de tu fuego
Y es tu ausencia que lenta llueve dentro de mi corazón

Quise olvidar que tu eres mi verdad
Quise olvidar mis sentimientos
Porque hasta ahora me doy cuenta de mi error
Arrepentido estoy perdiendo la razón

Y duele perderte
Que sé que soy culpable de mi suerte, te sueño
En este gris atardecer se nubla el cielo vacio de tu fuego
Y es tu ausencia que lenta llueve dentro de mi corazón

Es la agonia del dolor
Pasión amarga en mi interior..

Condenado a la tristeza sin tu amor
Perdóname el alma esta viviendo en soledad..

Y duele perderte
Que sé que soy culpable de mi suerte, te sueño
En este gris atardecer se nubla el cielo vacio de tu fuego
Y es tu ausencia que lenta llueve dentro de mi corazón.


El retrato de Dorian Gray (fragmento), Oscar Wilde. I dreamed a dream, Anne Hathaway

 

 "Además, Dorian, no te engañes. La vida no se gobierna ni con la voluntad ni con la intención. La vida es una cuestión de nervios, de fibras, y de células lentamente elaboradas en las que el pensamiento se esconde y la pasión tiene sus sueños. Quizá te imaginas que estás a salvo y crees que eres fuerte. Pero un cambio casual de color en una habitación o en el color del cielo matutino, un determinado perfume que te gustó en una ocasión y que te trae recuerdos sutiles, un verso de un poema olvidado con el que te tropiezas de nuevo, una cadencia de una composición musical que has dejado de tocar... Te aseguro, Dorian, que la vida depende de cosas como ésas."

 



El rey vikingo que dio nombre al Bluetooth





Todo el mundo está al tanto o dispone de tecnología bluetooth en su teléfono, auto, computador... Esta tecnología, que se utiliza para comunicar dispositivos que están próximos, recibió su nombre del rey vikingo Harald Blåtand del siglo X, bluetooth en inglés; en español, dientes azules y su origen, la lengua danesa, significa de tez oscura.


Harald Blåtand fue rey de Dinamarca (958-986) y Noruega (970-986). Durante el siglo X luchó por la comunicación y entendimiento de las diferentes tribus danesa, noruega y sueca, consiguiendo la unión de Dinamarca y Noruega bajo su corona. 


Ericsson, por su parte, al dar nombre al “Bluetooth” se fijó en dos runas (caracteres) del “alfabeto” de los anglosajones y frisones. Una significa “serpiente” y la otra se refiere a un tipo de árbol. El logotipo de la tecnología bluetooth es la unión de las runas de sus iniciales, H (Harald) y B (Blåtand).



Respirar a Gaudí

Caminar por las calles de Barcelona –España- es respirar a Gaudí, el máximo representante del modernismo catalán. Este arquitecto nació con el nombre de Antoni Gaudí i Cornet, en Riudoms o Reus, un 25 de junio de 1852 y falleció en una tristes circunstancias, en Barcelona el 10 de junio de 1926.


El 7 de junio de 1926 Gaudí se dirigía a la iglesia de San Felipe Neri, que visitaba a diario para rezar y entrevistarse con su confesor, mosén Agustí Mas i Folch; pero al pasar por la Gran Via de les Corts Catalanes, entre las calles Girona y Bailén, fue atropellado por un tranvía, que lo dejó sin sentido.

Siendo tomado por un mendigo, al ir indocumentado y a causa de su aspecto descuidado, con ropas gastadas y viejas, no fue socorrido de inmediato, hasta que un guardia civil paró un taxi que lo condujo al Hospital de la Santa Creu.

Al día siguiente lo reconoció el capellán de la Sagrada Familia, mosén Gil Parés, pero ya era tarde para hacer nada por él. Murió el día 10 de junio de 1926, a los 74 años de edad, en la plenitud de su carrera. Fue enterrado el 12 de junio, con presencia de grandes multitudes que quisieron darle el último adiós, en la capilla de Nuestra Señora del Carmen de la cripta de la Sagrada Familia.

Tras su muerte Gaudí cayó en un relativo olvido, y su obra fue denostada por la crítica internacional por barroca y excesivamente fantasiosa. En su tierra natal fue igualmente menospreciado por la nueva corriente que sustituyó al modernismo, el novecentismo, estilo que retornaba a los cánones clásicos.

En 1936, durante el transcurso de la Guerra Civil Española, fue asaltado el taller de Gaudí en la Sagrada Familia, destruyéndose gran cantidad de documentos, planos y maquetas del arquitecto modernista.

Su figura comenzó a ser reivindicada en los años 1950, por Salvador Dalí en primer lugar, seguido del arquitecto Josep Lluís Sert. En 1956 se organizó una retrospectiva sobre Gaudí en el Salón del Tinell de Barcelona, y en 1957 su primera gran exposición internacional, en el MOMA de Nueva York.

Asimismo, entre los años 1950 y 1960, los estudios de críticos internacionales como George Collins, Nikolaus Pevsner y Roberto Pane dieron gran difusión a la obra de Gaudí, mientras que en su tierra natal era reivindicado por Alexandre Cirici, Juan Eduardo Cirlot y Oriol Bohigas.

También es de remarcar el gran éxito obtenido por Gaudí en Japón, donde su obra es muy admirada, destacando los estudios realizados por Kenji Imai y Tokutoshi Torii. Desde entonces la valoración de Gaudí ha ido en aumento, culminando en 1984 con la proclamación de varias obras del arquitecto como Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.

En 1952, centenario del nacimiento del arquitecto, se fundó la Asociación de Amigos de Gaudí, para divulgar y conservar el legado dejado por el artífice catalán. En 1956 se creó la Cátedra Gaudí, perteneciente a la Universidad Politécnica de Cataluña, con el objeto igualmente de profundizar en el estudio de la obra gaudiniana y participar en su conservación; en 1987 el rey Juan Carlos I le concedió el título de Real Cátedra Gaudí. En 1976, con motivo del 50 aniversario de su muerte, el Ministerio de Asuntos Exteriores organizó una exposición sobre Gaudí que recorrió todo el mundo.

Hombre de profunda religiosidad y de vida ascética, se ha propuesto la beatificación de Antoni Gaudí, proceso iniciado en 1998 por el arzobispo de Barcelona, Ricard Maria Carles. El año 2000 fue autorizado el inicio del proceso por parte del Vaticano.

Con motivo del 150 aniversario del nacimiento de Gaudí se celebró el año 2002 el Año Internacional Gaudí, con multitud de actos oficiales, conciertos, espectáculos, conferencias, publicaciones, etc. 
 
Entre otros eventos, el 24 de septiembre de ese año se estrenó en el Palau d'Esports de Barcelona el musical Gaudí, sobre la vida y obra del arquitecto reusense, obra de Jordi Galceran, Esteve Miralles y Albert Guinovart. 
 
El año 2008 se instituyeron en su honor los Premios Gaudí, otorgados por la Academia del Cine Catalán, que reconocen las mejores producciones cinematográficas catalanas del año.
 
Fuente:
http://www.culturizando.com