lunes, 6 de mayo de 2013

“Elegía XVI” de “Canción de Moisés”, Enriqueta Ochoa



No existe el tiempo,
no la distancia,
no la muerte;
existe la vibración,
el movimiento,
el incesante cambio:
ser, dejar de ser para volver a ser.
Un segundo trae ya la carga de su muerte
y el embrión de su vida.
La yerba que pisamos,
aquél sofá de mimbre,
tu explicación de Bergson,
la dulce cama,
todo tiene esa dimensión remota
de una isla escondida
en el centro mismo del devenir
para evadir la muerte
y ser pura vibración, puro presente.


Pienso en ti, Chayanne

Cuando las cosas del todo no van bien
cuando me siento vencido por caer
te necesito a mi lado
cuando se quiebra en pedazos mi alegría
y está de cuestas treparme por la vida
te necesito a mi lado
Cuando contigo estoy tan solo
y no encuentro otro modo de seguir
Pienso en ti y lo demás está de más
entonces vuelvo a comenzar
cuando pienso en ti te juro gano la batalla
pienso en ti y lo demás está de más
entonces vuelvo a respirar
cuando pienso en ti mi cuerpo recupera el alma
Cuando decido de pronto que voy a partir
cuando me alejo en secreto del todo de mí
te necesito a mi lado
Cuando derrumbo mis sueños y los doy perdidos
cuando después de intentar se cierran mis caminos
te necesito a mi lado
Cuando conmigo estoy tan sólo
y no encuentro otro modo de seguir
pienso en ti y lo demás está de más...



Sólo el amor es real (fragmento), Brian Weiss.




En nuestra vida terrenal, es difícil recordar que somos almas y no simples cuerpos físicos. Constantemente nos distraen las ilusiones y desilusiones de este mundo. Nos enseñan que el dinero, el poder, y el prestigio y las posesiones materiales son de suma importancia y a veces incluso el motor de nuestras vidas. Nos enseñan que para ser felices tenemos que lograr que los demás nos aprecien y nos respeten. Estar solo, nos dicen, es ser desgraciado. En realidad somos seres inmortales que nunca se separan energéticamente de los que aman. Tenemos almas gemelas y familias espirituales que son eternas. Los espíritus guardianes nos guían y nos aman siempre. Nunca estamos solos. Al morir no nos llevamos las “cosas” que poseemos. Nos llevamos nuestros actos y nuestras obras, los frutos de la sabiduría de nuestro corazón. Cuando despertamos a la idea de que todos somos seres espirituales, cambian nuestros valores. Y por fin podemos ser felices y estar en paz.



Un Mundo Jurásico en el monte Roraima, en Sudamérica

Este increíble altiplano de 2,610 metros es referido en los relatos de Arthur Conan Doyle como “Mundo Perdido” y con razón: este increíble ecosistema es uno de los lugares más húmedos del planeta ya que en esta zona llueve casi todos los días del año, formando lagunas en la superficie que fácilmente se desbordan en impresionantes cascadas.



El Roraima es una meseta de arenisca que sobresale más de mil metros sobre las sabanas boscosas circundantes. Está ubicada en el extremo sudeste del Parque Nacional Canaima, de unos 30.000 km² . Es uno de los lugares de más antigua geología del planeta, remontándose hasta el Precámbrico, unos dos mil millones de años atrás, antes que se separasen los continentes.
Es además el punto más alto en un radio de 549.44 kilómetros. El vecino siguiente en tamaño es el cerro Marahuaca, hacia el oeste-sur-oeste. La altura promedio de la meseta es de unos 2.500 msnm, y sus paredes verticales dificultan enormemente el acceso. 
 
El Roraima es el monte más alto de los tepuyes de la Sierra Pacaraima, unas impresionantes formaciones rocosas tabulares que datan de hace 2.000 millones de años y que abarcan la frontera de 3 países: Venezuela, Brasil y Guyana,  solo tiene acceso a su cima por el lado de Venezuela. Parte del antiguo macizo guyanés que se extiende hasta Brasil y Venezuela y que una vez formo parte de Gondwanaland antes que la actividad tectónica separase los continentes de África y Sur América. El monte Roraima ha evolucionado lentamente haciendo de su habita un lugar con flora y fauna endémica. El tiempo, el agua y el viento han dado formación a la planicie encontrándose así formaciones y esculturas de roca impresionantes. El monte Roraima además de fauna y roca tiene piscinas cristalinas naturales con aguas muy frías y cuevas en donde se puede armar campamentos con protección natural de las lluvias que a veces pueden ser torrenciales debido al ecosistema del lugar. 



Sir Everard im Thurn trepó por sus laderas en 1884 a través de una rampa boscosa similar a una escalera adosada lateralmente a la pared de la meseta. Los reportes de expediciones de la época victoriana a esta montaña inspiraron a sir Arthur Conan Doyle para escribir en 1912 su clásica novela de aventuras El mundo perdido, de la cual se han realizado varias versiones cinematográficas.

Esta meseta de 2, 610 metros es un increíble ecosistema y uno de los lugares más húmedos del planeta, ya que en esta zona llueve casi todos los días del año formando lagunas en la superficie que fácilmente se desbordan en impresionantes cascadas.
La “madre de todas las aguas”, como la llamaban las tribus antiguas que habitaban los alrededores,  alimenta las vertientes de ríos como el Kako, el Amazonas, el Cotinga, el Orinoco y el Arobopó; asimismo, es el hogar de especies animales y vegetales endémicas muy raras que han desarrollado un mecanismo inaudito parecido al canibalismo, no visto en ningún otro lugar del mundo.


Las paredes de estos tepuyes son extraordinariamente verticales, y en su cima encontramos lagos y formaciones rocosas producto de la erosión a través de los siglos: este coloso de arena y roca volcánica porta la historia misma de la Tierra, ya que existe una teoría geológica muy aceptada en la actualidad que pondera este increíble lugar como el vértice de la separación del Pangea.


Fuente:
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