"Cuando el amor llega a lo más hondo de su
viaje, a lo más alto de su vuelo: en lo más hondo, en lo más alto, nos
arranca gemidos y quejidos, voces de dolor, aunque sea jubiloso dolor,
lo que pensándolo bien nada tiene de raro, porque nacer es una alegría
que duele. Pequeña muerte, llaman en Francia a la culminación del
abrazo, que…
rompiéndonos nos junta ,
perdiéndonos nos encuentra
y acabándonos nos empieza.
Pequeña muerte, la llaman;
pero grande , muy grande ha de ser,
si matándonos nos nace"
Artículo publicado por Carolina Rojas / La Nación Domingo
“La petite mort”, o el insondable orgasmo femenino…
ciertos orgasmos femeninos, esos escasos segundos de una sensación mágica...
Así se define a los
escasos segundos en que la mujer pierde la conciencia extasiada. Algunos
dicen que es una simple invención freudiana. Otros, que es una
exquisita inconsciencia. Pero, ¿cómo son estos orgasmos con los que
muchas dicen haber rozado con la muerte?
Sintió que la corriente se extendió más profunda y por más tiempo que
los orgasmos que había sentido antes. Con todo el cuerpo apretado, en
segundos pensó que iba a reventar de placer y que un extraño silbido la
dejó sorda por momentos. Entre el temor y las ganas de calibrar ese
viaje en que sentía que se desdoblaba, simplemente se dejó llevar. Esa
noche, se embarcó en una ausencia de sí misma que la llevó lejos. "Me
apreté fuerte de su espalda y sentí una explosión intensa que partía del
clítoris hasta el estómago, y no dije nada, ni respiré hasta que vi la
cara de susto de él, entonces le tuve que golpear el hombro y decir
‘está todo bien’. Después seguí sintiendo que algo latía dentro de mi
pelvis, entendía que todo había sido diferente", recuerda Alejandra Ibarra.
Ella siempre se ha interesado en el tema y le habla de orgasmos y respiración a sus alumnas de su Centro Una Mujer Completa. Recuerda que después de esa sensación, sintió algo más profundo, algo que se asemejó a una cosquilla anal que la dejó vulnerable e inconexa.
"No sé si fue la química descubierta en el momento o si me concentré
más, pero en ese momento pensé que iba a morir del placer. Siempre he
sabido que hay orgasmos clitorianos, otros más de vagina, pero éste
había sido extenso y no terminó de inmediato, sino que siguió en una vibración que perduró un tiempo, aún después de haber terminado", recuerda Alejandra.
Algunas mujeres atribuyen la definición de "La petite mort", a la obsesión del hombre por conseguir el orgasmo femenino, como si aún no se pudieran sacar de la cabeza la cara de Billy Crystal en el filme "Cuando Harry conoció a Sally", mientras Meg Ryan, burlona, "actuaba" un orgasmo de antología para pegarle en la cara con la verdad a su coprotagonista: que en ciertas ocasiones, lo fingimos. Pero detrás de "la petite mort", -término francés que sacó a colación una marca española de productos eróticos llamada Late Chocolate- también hay una explicación científica. Tiene que ver con la hipersensibilidad de las zonas genitales (8 mil terminaciones nerviosas, el doble que los hombres) y con la evolución del clítoris (el clítoris es
más grande que en el pasado; aparentemente, posee dos "brazos" que no
se habían detectado y que se extienden aproximadamente nueve centímetros
hacia el interior del cuerpo y hacia la parte superior de la ingle).
Esto, más el exceso de información, lleva a una especie de "control-alt-suprimir"
donde todo se va a negro, se pierde la conciencia o se desvanece justo
en el momento que comienza el post-orgasmo y que sufren las personas sólo en algunas experiencias sexuales. Pero para los especialistas, el fenómeno de tener sensaciones más profundas tiene que ver con algo fisiológico. Mary Jane Sherfey ("A theory of female sexuality", en Sisterhood is Powerful: an Anthology of Writings from the Women’s Liberation Movement) lo puntualiza como una red erótica, constituida por el clítoris, los labios vulvares y el perineo, la vagina exterior, la región anal y el punto G.
Todos estarían a disposición de cuatro o cinco tupidos grupos de venas y
terminaciones nerviosas que componen un solo órgano, agudamente
sensible, que supera ampliamente el llano aparato sexual del hombre.
En 2005, una investigación de la Universidad de Gronigen, en Holanda,
reveló que el cerebro de las mujeres necesita desactivar zonas
cerebrales asociadas al estrés, la ansiedad y el miedo para poder lograr
el placer sexual. Esto explicaría que las mujeres
requieran de más desinhibición que los hombres para escapar a las
obligaciones y tener un orgasmo. Mediante un escáner, al que se
expusieron 13 mujeres y 11 hombres mientras experimentaban el clímax, se
reveló que durante el orgasmo, las mujeres bloqueaban ciertas zonas del
cerebro durante el orgasmo. El doctor Gert Holstege,
encargado de la investigación, aseguró que el orgasmo generaría un
desgaste espiritual tras el cual, vendría un momento para la melancolía o
la llamada trascendencia.
Petite de cuento
Mientras los especialistas siguen con sus estudios, la campaña
publicitaria desarrollada para Late Chocolate no sólo ha sido un éxito,
sino que puso la definición en el tapete. La publicidad consiste en una
serie de historias y cuentos eróticos que las mujeres entregan sólo por
internet. "La petite mort" fue el primer relato que saturó la web,
incluso, fue convertido en una animación (con seseo español que tanto
agrada a los hombres por la ya mítica traducción de las primeras
pornos).
Así, el concepto se convirtió en moda y un tema de conversación para
explicar ese trance femenino que muchas han sentido, pero no
identificado. Las adolescentes y las mujeres atiborraron los blogs
revelando sus secretos. "Hace unos días, pensé que me iba a quedar
sorda. En un momento me asuste mucho por que pensé que me daría un
infarto. Me dio vergüenza comentarle a mi doctor porque es hombre, así
que mejor me puse a investigar por internet y di con ustedes. Si hasta
había pensado en no volver a tener otro orgasmo por miedo", escribió en
el blog Seducción Femenina Lourdes Sánchez, de 38 años, sobre "La petite mort".
La ontología de La Petite Mort
A la sexóloga Ximena Santa Cruz el término "La petit
mort" le resulta muy freudiano por aquella asociación que hacía el
sicólogo vienés entre el placer y la muerte. A la especialista le
recordó la teoría sobre "La angustia orgásmica", del austríaco Wilhelm Reich, quien definió este tipo de angustia como el miedo a no recuperar la corporeidad después del clímax.
"El orgasmo es una expansión energética de la que cuesta volver. Se
pierde el control y ante eso te preguntas ¿y si no vuelvo?, ¿volveré a
ser yo?", explica. La especialista cree que esta enigmática sensación no
es exclusiva de las mujeres, sino que también de los hombres. "Una
vez, un paciente me contó que después de un orgasmo sintió que caía en
un hoyo al igual que en el cuento ‘Alicia en el País de las
Maravillas’", recuerda Ximena Santa Cruz.
Para ella, la obsesión por deconstruir el orgasmo femenino se debe a
que las mujeres están más castradas socialmente para sentir placer y
concentradas en los papeles cotidianos de ser madre, trabajadora y
esposa.: "Los sicólogos sicoanalíticos siempre conciben definiciones de
placer y muerte. Para ellos son las mujeres las que reportan este
llamado de ‘La petite mort’ porque son más conscientes de lo que
sienten. A mí me ha pasado eso de perderse en una sensación extraña
después de un orgasmo, pero no sé si sea algo de género, sino más bien
una pequeña muerte, porque cuesta volver al cuerpo, como lo dijo Wilhelm
Reich".
El escritor, antropólogo y filósofo francés Georges Bataille (1897-1962), un estudioso del erotismo, también habló sobre esa sensación de muerte justo en la curva ascendente de una experiencia sexual.
Haciendo historia, el médico obstetra Christian Thomas, del Centro de Estudios de la Sexualidad de Santiago,
cuenta que "la petite mort" es un término que se acuñó en el siglo XIX,
en una época donde se pensaba que sólo el humano tenía estado de
conciencia. Según Thomas, durante el siglo XX se hicieron muchas
elucubraciones sobre el orgasmo femenino. "Incluso, en ese tiempo, se
pensaba que el orgasmo eran auras epilépticas y que por eso las mujeres
perdían la conciencia", enfatiza.
Pero el doctor cree que "La petite mort" sí podría existir porque hay muchas clases de orgasmos, distintos en profundidad y extensión. El especialista señala cuatro tipos: "El primero y más suave es el clitoriano; le sigue otro que llega hasta el tercio de la vagina; el tercero, considera contracciones uterinas; y el último, más profundo, es del tipo anal. Se reconoce porque las mujeres dicen sentir como si un péndulo se balanceara dentro de ellas".
Técnicas para desfallecer
“Con un zumbido y pérdida de conciencia en segundos”, así dice
Fiorella Vivanco que se reconoce “La petite mort”. La dueña de la
agencia de scort VIP comenta que un orgasmo de esos que hacen perder la
noción de la realidad, se origina como una pequeña corriente eléctrica
que termina en explosión. “Claramente se diferencian de otros orgasmos
más cortos y más superficiales. En los clímax más intensos, uno se va,
literalmente, a un trance y el cuerpo queda palpitando aún cuando el
coito ya terminó”, explica.
Fiorella comenta que esta obsesión por definir ciertos orgasmos, se
debe al halo de misterio que rodea al placer femenino, puesto en
evidencia desde que los hombres descubrieron que las mujeres podían
fingirlos. Frente a esa desconfianza, es que muchos se han dedicado a
una búsqueda del momento cúlmine, casi como si los orgasmos fueran
jinetas que hay que colgarse. “Para tener una experiencia de ese tipo,
creo que es necesario la estimulación previa. Eso puede permitir un
orgasmo más extenso, coronado con esos segundos mágicos. Es necesario
que las mujeres se concentren en el placer y se olviden de todo lo
demás. Sabrán que lo tuvieron cuando les retumben los oídos y tengan una
sensación de placer interminable”.
Fuente:
http://aquevedo.wordpress.com
http://www.dejamequetecuente.net