Qué rápido pasa el tiempo...
Hace hoy un año, me atreví a comenzar este proyecto, sin saber aún qué me incitó a ello, aunque tal vez si lo sepa...
En un principio tal vez lo creé por
probar una experiencia nueva: me considero basante curiosa y también lo creé por una necesidad personal de hacer algo por mí misma...era un reto para mi, y debo admitir que me gustan los retos, forman parte de mi vida, de mi forma de ser.
Este reto en un principio surgió desde un punto de vista de entretenimiento, pero se ha ido
convirtiendo poco a poco, día a día, en una auténtica afición.
Hace un año tenía poco idea de lo que era un blog, no sabía cómo se hacia, desconocía qué era un gadget, un link, un
gift, un post...Lo que si tenía era
curiosidad, mucha curiosidad por aprender cosas de este mundillo. Ahora
sé un poquito más que hace un año, pero aún soy muy novata y sigo
aprendiendo y sigo planteándome muchas preguntas sobre este mundo, y en ocasiones me "peleo" con el ordenador porqee no soy capaz a hacer lo que me gustaría, y en otras me enfado por mi "torpeza" con estas cosas de las Tecnologías de la Información y la Comunicación.
Esta aventura, me está
resultando muy satisfactoria desde el principio, fundamentalmente
porque aprendo cosas nuevas casi cada dia y a la
vez puedo compartirlas con todo aquél que también tenga
curiosidad en conocer y aprender siempre cosas nuevas y supuestamente amenas, aunque cada uno tiene su propio concepto de "nuevas" y "amenas".
A través del blog, por haberme metido en esta aventrua, en este mundillo... he conocido otros blogs y he aprendido mucho de ellos. Cada uno es diferene, cada uno tiene el sello personal de la persona que lo dirige, cada uno se dedica a unos temas en particualr o a varios en general.
Es fascinate lo que se puede encontrar en los blogs, desde relatos, historias, poemas... de personas casi "anónimas" (lo digo con todo el respeto que se merecen quienes escriben sin tener una firma conocida o "famosa"), música de todas las épocas y estilos, curiosidades de cualquier tema, análisis de cuadros, paisajes, paises y culturas tan diferente a la nuestra, conocimientos científicos, experimentos... y un larguísimo reportorio que no podría terminar de enumerar nunca.
El único punto negativo que he
encontrado es que este proyecto absorbe mucho tiempo y ha llegado a engancharme (todo lo que
resulta placentero engancha, me temo) y por eso, en ocasiones no puedo publicar lo que tengo en mente, y me falta tiempo también para seguir conociendo
nuevos blogs de los muchos estupendos que hay. En ocasiones me pasan las horas que parecen minutos...seguro que alguno de vosotros habrá tenido esa sensación en más de una ocasión...
Tras el balance de este
primer año sigo con ganas de avanzar y crecer en esta aventura. Creo que
seguiré un tiempo más por aquí, donde espero y me encantaría que me
siguiérais acompañando.
Muchas gracias a todos los que con vuestros comentarios, con vuestra presencia, me habeís animado a seguir adelante.
Mientras escribía estas palabras me ha venido a la cabeza un poema, un poema que siempre me ha gustado...y hoy me veo reflejada un poco en su letra, porque soy un caminate que camina en estos caminos infinitos del mundo bloguero.
Dice así:
Caminante, son tus huellas
el camino, y nada más;
caminante, no hay camino:
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante, no hay camino,
sino estelas en la mar.
Antonio Machado
Quienes me seguís sabéis que siempre que es posible me gusta dejar una interpretación recitada
o cantada del poema.
En esta ocasión os dejo la versión de Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina.
Junto a esta tarta de celebración hoy me gustaría recordar el primer post que publiqué (bueno,
el primero fue una frae, éste es le primero en el que me atreví a publicar información recopilada
sobre un tema, en este caso un tema que siempre me ha apasionado, la Luna).
Ficción y realidad, las dos caras de la Luna...
¿A qué sabe la Luna?
Hacía mucho tiempo que los animales deseaban averiguar a qué sabía la luna.
¿Sería dulce o salada? Tan solo querían probar un pedacito. Por las noches,
miraban ansiosos hacia el cielo. Se estiraban e intentaban cogerla...
¿Sería dulce o salada? Tan solo querían probar un pedacito. Por las noches,
miraban ansiosos hacia el cielo. Se estiraban e intentaban cogerla...
¿Quién no soñó alguna vez con darle un mordisco a la luna? Este fue precisamente el deseo de los animales de este cuento. Tan sólo querían probar un pedacito pero, por más que se estiraban, no eran capaces de tocarla. Entonces, la tortuga tuvo una genial idea: “Quizás entre todos podamos alcanzarla”.
Esta es una historia de deseos que parecen -a primera vista- inalcanzables, como la luna, pero que consiguen hacerse realidad gracias a la cooperación. Una ayuda mutua de la que son partícipes los más variados animales: La tortuga, sobre la que se sostendría el mundo, según la mitología; el elefante, la jirafa, la cebra, el león... hasta que finalmente uno de ellos, el más pequeño de todos...
Y así, a medio camino entre la fábula y la leyenda, este relato le regala al lector una poética moraleja que habla de generosidad, solidaridad y sueños compartidos; con una pizca de humor, la que aporta una luna sonriente, burlona y un poco saltarina.
“¿A que sabe la luna?”, escrito e ilustrado por el polaco Michael Grejniec, es un libro especialmente recomendado para primeros lectores. Basa su estructura en las repeticiones y la acumulación de personajes, un recurso muy frecuente en la literatura tradicional. Esta obra invita a ser contada, consiguiendo una gran participación entre el lector y el receptor.
Desde el punto de vista estético, las ilustraciones destacan por su estilo sencillo y cálido, a lo que contribuye el soporte sobre el que están realizadas, en papel-couché. La distribución de las imágenes y el texto, sobre fondo blanco, proporciona un gran equilibrio que potencia el efecto artístico del libro.
“¿A que sabe la luna?”, escrito e ilustrado por el polaco Michael Grejniec, es un libro especialmente recomendado para primeros lectores. Basa su estructura en las repeticiones y la acumulación de personajes, un recurso muy frecuente en la literatura tradicional. Esta obra invita a ser contada, consiguiendo una gran participación entre el lector y el receptor.
Desde el punto de vista estético, las ilustraciones destacan por su estilo sencillo y cálido, a lo que contribuye el soporte sobre el que están realizadas, en papel-couché. La distribución de las imágenes y el texto, sobre fondo blanco, proporciona un gran equilibrio que potencia el efecto artístico del libro.
Las fases de la luna
Según la disposición de la Luna, la Tierra y el Sol, se ve iluminada una mayor o menor porción de la cara visible de la luna.
En el Cuarto Creciente, la Luna, la Tierra y el Sol forman un ángulo
recto, por lo que se puede observar en el cielo la mitad de la Luna, en
su período de crecimiento.
La Luna Llena o plenilunio ocurre cuando La Tierra se ubica entre el Sol
y la Luna; ésta recibe los rayos del sol en su cara visible, por lo
tanto, se ve completa.
Finalmente, en el Cuarto Menguante los tres cuerpos vuelven a formar
ángulo recto, por lo que se puede observar en el cielo la otra mitad de
la cara lunar.
Las fases de la luna son las diferentes iluminaciones que presenta nuestro satélite en el curso de un mes.
La órbita de la tierra forma un ángulo de 5º con la órbita de la luna,
de manera que cuando la luna se encuentra entre el sol y la tierra, uno
de sus hemisferios, el que nosotros vemos, queda en la zona oscura, y
por lo tanto, queda invisible a nuestra vista: a esto le llamamos luna
nueva o novilunio.
A medida que la luna sigue su movimiento de traslación, va creciendo la
superficie iluminada visible desde la tierra, hasta que una semana más
tarde llega a mostrarnos la mitad de su hemisferio iluminado; es el
llamado cuarto creciente.
Una semana más tarde percibimos todo el hemisferio iluminado: es la llamada luna llena o plenilunio.
A la semana siguiente, la superficie iluminada empieza a decrecer o menguar, hasta llegar a la mitad: es el cuarto menguante.
Al final de la cuarta semana llega a su posición inicial y desaparece
completamente de nuestra vista, para recomenzar un nuevo ciclo.
¿Existe una cara oscura de la luna?
Realmente, si lo medimos por su número de horas iluminada, ambas caras
lo están casi por igual. La diferencia está en que una cara es la que
vemos, y la otra, es totalmente desconocida para nosotros, siendo una
zona con mayor orografía crateriana debido a que no está protegida por
la tierra de asteroides y con nomenclatura rusa, pues su topografía fue
estudiada por la sonda soviética “Luna 3” en 1959.
El refugio de las malas almas, de las tres parcas o de las brujas, ha
sido desde luego, inspiración para muchos… Se dice que entre las
montañas formadas por su orografía podemos ver una liebre, un hombre con
leña al hombro o al mismísimo San Jorge con su lanza… Aunque a día de
hoy la ciencia haya conseguido eliminar muchos de estos mitos, siempre
seguirá manteniendo su halo de “misterio” para los espectadores de su
vecino planeta.